SAN VICENTE CHICOLOAPAN, Edomex., 7 de febrero de 2014.- Al tratar de escapar de dos presuntos asaltantes que intentaban robarle 14 mil pesos que acababa de retirar del banco, un joven de 19 años fue asesinado frente a su hermano, sobre la carretera federal México-Texcoco.

Jo­sé Agus­tín Pi­ña Suá­rez, de 19 años de edad, fue el nombre del joven a quien los asaltantes le quitaron la vida, en el ki­ló­me­tro 27 de la ca­rre­te­ra Mé­xi­co-Tex­co­co, a la altura de la ca­lle Ane­nen­cuil­co, en la Co­lo­nia Emiliano Za­pa­ta, de San Vicente Chicoloapan.

Al lugar llegaron elementos de la pa­tru­lla 08712 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), quienes intentaron brin­dar el au­xi­lio a los afec­ta­dos, in­for­ma­ndo que de acuer­do a las ver­sio­nes que dio un her­ma­no del aho­ra oc­ci­so, en­car­ga­do de iden­ti­fi­car el cuer­po y tes­ti­go pre­sen­cial de los he­chos, mo­men­tos an­tes de que su her­ma­no fue­ra ase­si­na­do, tras sa­lir de un Ban­co­mer, ubi­ca­do den­tro del Cen­tro Co­mer­cial Puer­ta Tex­co­co, ha­bía re­ti­ra­do 14 mil pe­sos.

Pero cuando él y su con­san­guí­neo se re­ti­ra­ron del ban­co a bor­do de su ca­mio­ne­ta, Ford, ti­po pick up de 3 y me­dia to­ne­la­das, blan­ca, pla­cas KU-94-946, di­jo el des­tro­za­do jo­ven, jus­to cuan­do en­tra­ron a la ca­rre­te­ra Mé­xi­co-Tex­co­co, que cuatro su­je­tos que via­ja­ban en dos mo­to­ci­cle­tas co­men­za­ron a co­rre­tear­los y con pa­la­bras al­ti­so­nan­tes le or­de­na­ban a Jo­sé que se de­tu­vie­ra.

Sin em­bar­go, di­jo, co­mo su her­ma­no sa­bía per­fec­ta­men­te que di­chos su­je­tos seguramente iban a ro­bar­le los 14 mil pe­sos que aca­ba­ba de re­ti­rar del Ban­co­mer, por lo que hi­zo ca­so omi­so al se­ña­la­mien­to e im­pri­mió ma­yor ve­lo­ci­dad a la ca­mio­ne­ta con la firme in­ten­ción de es­ca­par y evi­tar el asal­to.

Por segunda vez lo alcanzaron exigiéndole que se detuviera, pero como no lo hizo uno de ellos le disparó a corta distancia dos balazos en la cabeza, para darse a la fuga.

Jo­sé Agus­tín, aún he­ri­do, al­can­zó a de­te­ner la mar­cha de la ca­mio­ne­ta y a pe­sar de que él rá­pi­da­men­te tra­tó de au­xi­liar­lo y lo re­cos­tó so­bre el asien­to del co­pi­lo­to, al tiem­po que pi­dió el au­xi­lio de una am­bu­lan­cia de Pro­tec­ción Ci­vil pa­ra que re­ci­bie­ra aten­ción mé­di­ca de ur­gen­cia, cuan­do los pa­ra­mé­di­cos lle­ga­ron ya era de­ma­sia­do tar­de, pues ya ha­bía muer­to de­san­gra­do.