TOLUCA, Edomex., 5 de julio de 2025.– Caminar por el centro de Toluca puede ser una experiencia caótica, entre el ruido urbano y el ir y venir de la gente. Sin embargo, en medio de ese ritmo acelerado, hay un lugar donde la calma se impone y la luz se transforma en arte: el Cosmovitral, que este 5 de julio cumple 45 años como uno de los recintos más emblemáticos del Estado de México.
Desde su inauguración en 1980, este espacio ha sido mucho más que un jardín botánico o una galería de vitrales. Construido en el antiguo Mercado 16 de Septiembre, el Cosmovitral es un símbolo vivo que une la naturaleza con el arte, gracias a la visión del maestro Leopoldo Flores, quien ideó una sinfonía visual a través de más de 70 vitrales monumentales.
El corazón solar del Cosmovitral
El elemento más impactante de este lugar es, sin duda, El Hombre Sol. Esta pieza central, de gran tamaño e intensidad simbólica, retrata la dualidad del ser humano en comunión con el universo. Su figura parece flotar entre llamas solares y colores intensos, proyectando una fuerza cósmica que hipnotiza a quien la observa.
Alrededor, más de 400 especies de plantas provenientes de distintos puntos de México y el mundo crecen entre senderos silenciosos, creando un microcosmos donde el arte y la biodiversidad dialogan. El Cosmovitral es, entonces, una obra viva, en constante transformación con cada estación del año y con cada rayo de sol que atraviesa sus cristales multicolores.
Un refugio para el asombro
En estos 45 años, el Cosmovitral se ha consolidado como faro cultural, atractivo turístico y espacio de contemplación. Miles de personas lo visitan cada año, buscando un instante de paz, una fotografía inolvidable o simplemente un reencuentro con la belleza. Su luz no solo adorna el recinto, sino que toca emocionalmente a quienes lo recorren.
Ubicado en la avenida Lerdo de Tejada, pleno centro de la capital mexiquense, el Cosmovitral abre sus puertas de martes a sábado de 10:00 a 18:00 horas, y domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. Su entrada es económica, pero lo que ofrece en experiencia es incalculable.
El legado sigue iluminando
En una era dominada por la prisa y lo efímero, el Cosmovitral sigue firme, sembrando asombro y elevando el espíritu de quien lo visita. A 45 años de su apertura, este espacio no solo conserva su relevancia: la renueva con cada amanecer.
Porque mientras haya sol, habrá un rayo que atraviese sus vitrales para recordarnos que el arte y la naturaleza también pueden convivir en el corazón de una ciudad.