La información siempre ha sido un tesoro invaluable. La máxima de que "El conocimiento es poder" Francis Bacon (filósofo inglés, siglo XVI-XVII). No es solo una frase; es una verdad tan antigua como la humanidad. Desde tiempos remotos, poseer o conocer datos significaba una ventaja crucial para la supervivencia del ser humano y un elemento clave para que sus intereses predominaran sobre los de otros individuos o sobre la naturaleza. Pensemos, por ejemplo, en lo valioso que era saber dónde encontrar una fuente de agua potable, un árbol con frutos. Comprender los hábitos de los animales para cazarlos, o la maravilla de descifrar los ciclos lunares y solares (y su influencia en el clima) para cultivar la tierra. Ni qué decir de la información que los astros y las estrellas brindaban a los navegantes: conocer esto podía ser cuestión de vida o muerte.
Recordemos también el rol que han jugado los espías a lo largo de la historia, buscando información útil para ellos, aunque se enfrentaran a grandes peligros. Todo esto demuestra cómo la información ha sido una herramienta de supervivencia, pero sus usos van mucho más allá.
El ser humano siempre busca conocer y comprender el mundo en el que vive, e incluso explorar otros. Así, ha ido recolectando información para desarrollar su pensamiento, la ciencia y la tecnología. Los avances médicos son un gran ejemplo de cómo la información es fundamental, porque gracias a ella podemos tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar.
Aquí surge una disyuntiva: si sabemos que contar con información es tan relevante, ¿qué papel juega el gobierno en todo esto? Pues, uno muy importante.
La Información como Derecho Humano Universal
El derecho a la información trasciende el simple acceso a datos gubernamentales; es una prerrogativa fundamental inherente a la dignidad humana, tan esencial como la libertad de expresión, y vital para el desarrollo pleno de cada persona en el mundo moderno. En un entorno global interconectado, la información se ha convertido en la moneda de cambio para la participación ciudadana, el ejercicio de la autonomía personal y la capacidad de discernir entre la verdad y la desinformación. A nivel personal, este derecho implica la libertad de buscar, recibir y difundir todo tipo de ideas y hechos por cualquier medio, sin importar las fronteras. Es la base para la educación, la salud, la seguridad y la prosperidad, permitiéndonos tomar decisiones informadas sobre nuestras vidas, nuestras comunidades y nuestro futuro colectivo en un mundo cada vez más complejo.
La Red: Un Antes y un Después
Internet, sin duda, ha sido un parteaguas fundamental en relación con la información y sus múltiples implicaciones. Lo que antes se transmitía de boca en boca o en pinturas rupestres y, posteriormente en libros, códices y escritos, ahora circula libremente en la red. Y lo hace con alcances mundiales, sin limitaciones geográficas ni lingüísticas; puede recibirse por diversos medios, no solo mediante la lectura, y de forma casi inmediata. Internet y el acceso a él, y a la información que contiene, han marcado un cambio radical en la historia de la humanidad: el mundo era uno antes y otro muy distinto después de internet. Tal vez por ser una herramienta que usamos todos los días y a todas horas, no nos detenemos a pensar en su verdadera importancia, pero quienes vivimos el mundo antes de que este invento se popularizara sabemos bien cómo cambiaron nuestras vidas.
La Responsabilidad del Gobierno en Garantizar este Derecho
La responsabilidad del gobierno en garantizar este derecho humano universal implica crear y mantener un entorno propicio donde la información fluya libremente, sea accesible, diversa y confiable para todos sus ciudadanos. Esto significa no solo asegurar el acceso a la información pública, sino también proteger la libertad de prensa, defender la neutralidad de la red, promover la alfabetización digital, combatir la desinformación masiva y las noticias falsas, sin censurar la crítica legítima y garantizar la privacidad de los datos personales. Un gobierno que realmente respalda este derecho reconoce que empoderar a sus ciudadanos con información es la clave para una sociedad resiliente, innovadora y democrática, capaz de afrontar desafíos globales y construir un futuro donde cada persona pueda ejercer plenamente sus libertades y derechos.
Este derecho es un pilar indispensable de cualquier democracia saludable. Permite a los ciudadanos:
- Tomar decisiones informadas
- Fiscalizar al poder
- Promover la transparencia
Base para Otros Derechos y el Desarrollo
El derecho a la información no es solo un fin en sí mismo, sino también un catalizador para el ejercicio de otros derechos humanos y el desarrollo social:
Acceso a servicios: Los ciudadanos necesitan información sobre programas de salud, educación, asistencia social o trámites administrativos para poder acceder a ellos.
Justicia y equidad: La información sobre leyes, derechos y procedimientos legales es crucial para que las personas puedan defenderse y buscar justicia.
Participación ciudadana: Conocer los procesos, los datos y las oportunidades permite a la ciudadanía involucrarse activamente en la formulación de políticas públicas que afectan sus vidas.
Desarrollo económico y social: La información económica, científica y tecnológica impulsa la innovación, el emprendimiento y el progreso general de una nación.
La Información: Pilar de la Existencia Humana
La información es un pilar fundamental de la existencia humana, moldeando nuestra comprensión del mundo, nuestras decisiones y nuestra capacidad para interactuar y progresar. Desde los primeros días de la supervivencia, donde conocer la ubicación de alimentos o peligros era vital, hasta la compleja sociedad actual y el reto que representa el uso de la inteligencia artificial, la información nos permite aprender, innovar y conectar. Es el combustible del conocimiento, la base de la comunicación y la herramienta esencial para resolver problemas, adaptarnos a nuevos entornos y construir un futuro. Sin acceso a información relevante y fiable, seríamos incapaces de funcionar eficazmente, tomar decisiones informadas o desarrollar nuestro potencial individual y colectivo.
"Si un hombre no está informado, no puede ser una persona libre." Thomas Jefferson.