“La justicia es la base de la sociedad” Aristóteles, S IV a.C.

En México se celebra el día del abogado en 12 de julio. Muchas felicidades a las casi 500 mil personas abogadas que ejercen en el país.

Escribo desde la experiencia cercana y ser abogado representa muchas cosas: la posibilidad de servir, la posibilidad de resolver, la posibilidad de construir y sigue siendo una oportunidad real de movilidad social.

Considero que para ser abogado se requiere de pasión y entrega total. Va desde el hecho de estudiar a diario, tener la mente abierta, valentía, compromiso con la verdad, convicción de que al final el bien siempre triunfa, idealismo, no darse por vencido, empatía, resiliencia, respeto, entereza.

La abogacía igual se puede practicar desde el ámbito privado o desde un cargo público y va a transformarse de una carrera a un estilo de vida que se recompensa con prestigio, prestigio que se puede traspasar a un despacho o incluso se vuelve una situación de desarrollo familiar. Básicamente, la buena reputación se puede heredar.

El abogado se especializa en leyes, pero reutiliza sus conocimientos de matemáticas, de historia, de política, de sociología, de administración, y ello sin contar la especialidad que se elija.

La especialidad conlleva a desarrollar contacto (y por ende conocimiento) en las ramas de la medicina, telecomunicaciones y radiodifusión, temas internacionales, agricultura, aviación, ciencia, etcétera.

Tan noble profesión se encuentra siempre en permanente actualización por las leyes y reglamentos, pero ahora también por el impulso del cambio tecnológico. La IA puede brindar respuestas a consultas mínimas en cuestión de minutos. En la academia, los tiempos de buscar en los Códigos impresos los artículos de cada tema han dado paso a un tecleado rápido en cualquier buscador para encontrar el punto que se desea conocer.

Aún así, el tacto humano, la capacidad de interpretación y los valores que cada abogada y abogado insertan en sus asesorías y litigios son cuestiones irremplazables que requieren de humanidad.

Agradezco a grandes personas abogadas que me formaron: maestros, jefes, pares, colaboradores y colegas. Hombres y mujeres llenos de talento, gran inteligencia, mucha sensibilidad y conocimiento. Lo que me gustaría tener de ellas y ellos es la combinación de conocimiento y sencillez.