HUEHUETOCA, Edomex., 25 de agosto de 2025.- El pan de muerto, uno de los símbolos más representativos del Día de Muertos en México, ya no espera a las fechas tradicionales.
Aunque históricamente su presencia estaba reservada para finales de octubre y los primeros días de noviembre, cada vez más panaderías comienzan a ofrecerlo desde julio o agosto, respondiendo a una demanda creciente que ha generado debate entre consumidores, comerciantes y defensores de las tradiciones.
La decisión de anticipar su venta se explica principalmente por motivos comerciales. De acuerdo con panaderos, el pan de muerto puede incrementar las ventas hasta en un 40 % durante la temporada, lo que representa una oportunidad clave para los negocios en un contexto de fuerte competencia en el sector.
Además, muchos consumidores lo solicitan antes de tiempo, motivados por la nostalgia y el deseo de disfrutar más tiempo de su característico sabor a mantequilla y azahar.
¿Qué opinan los expertos en la panadería?
No obstante, especialistas en cultura y tradición señalan que adelantar el consumo de este pan podría restarle valor simbólico. El pan de muerto no es solo un alimento: representa el ciclo de la vida y la memoria de los difuntos, por lo que comerlo fuera de su contexto podría desvirtuar la experiencia ritual que se vive en torno al Día de Muertos.
La discusión refleja, en el fondo, la tensión entre preservar las costumbres y adaptarse al consumo moderno.
Lo cierto es que, con sus diversas variantes regionales —desde los panes de yema oaxaqueños con caritas de azúcar hasta el pan de ánimas purépecha—, el pan de muerto sigue siendo un emblema de la cultura mexicana.
Su venta anticipada puede interpretarse como una respuesta a la mercadotecnia, pero también como un reflejo de cómo los mexicanos buscan mantener viva su identidad, incluso fuera de temporada.