TOLUCA, Edomex., 16 de julio de 2025.– En el corazón del Estado de México, el arte en metal cobra forma con fuego, fuerza y herencia. Cada chispa y golpe de martillo que resuena en los talleres artesanales da vida a piezas que no solo son funcionales, sino también portadoras de historia, cultura y orgullo comunitario.

El arte en metal, una tradición en constante evolución

La metalistería es una de las 13 ramas artesanales que impulsa el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), y destaca por su riqueza técnica y estética. Entre los productos más emblemáticos se encuentran faroles, espejos, candeleros, utensilios de cocina, muebles, figuras religiosas y piezas de herrería decorativa.

Cada objeto es el resultado de un trabajo minucioso que combina técnicas ancestrales como la forja, el martillado y el repujado, con una visión contemporánea que permite adaptarse a las necesidades del mercado actual sin perder la esencia artesanal.

Municipios donde el arte en metal florece

El trabajo no se limita a talleres individuales. Muchas comunidades han conformado colectivos o cooperativas, donde se comparte el conocimiento, se promueve la comercialización y se fortalece la identidad local a través del arte en metal.

Hierro, latón y aluminio: materiales con alma mexiquense

Cada metal tiene una personalidad propia. El hierro, por ejemplo, es protagonista en la fabricación de estructuras robustas como faroles, rejas y macetas. El latón se utiliza principalmente para crear objetos religiosos y ornamentales, por su brillo dorado y maleabilidad. Por su parte, el aluminio destaca por su ligereza, lo que permite una gran variedad de formas y técnicas como la fundición y el repujado.

En todos los casos, el valor agregado no está solo en el material, sino en el toque humano que transforma una lámina fría en una obra cálida y significativa.

Forja viva: la técnica detrás de la belleza

Una de las técnicas más apreciadas en este campo es la herrería artística forjada, que consiste en calentar el metal hasta volverlo maleable y luego moldearlo a golpe de martillo o con prensa. De este proceso nacen desde sencillos ganchos hasta espectaculares lámparas, espejos o marcos que embellecen hogares y espacios públicos por igual.

Cada pieza es única, reflejo del ingenio de quien la crea y testimonio del esfuerzo físico y emocional detrás de su elaboración.

Reconocer el arte en metal es fortalecer la identidad cultural

Comprar una pieza de arte en metal es mucho más que adquirir un objeto decorativo: es llevar a casa un pedazo de historia, un fragmento de tradición y un tributo al talento que transforma el metal en arte.