Balazos en el pie
El procurador del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez Sánchez, debe dar a conocer públicamente si el militar Erick Sanjuan Palafox, alias «El Mili», y su banda, en realidad es un feminicida serial que mató a jovencitas en el corredor Ecatepec-Tecámac, o que aclare realmente lo que ocurre con esa investigación, porque después de su «agarrón mediático» con el diputado del PRD, Octavio Martínez Vargas, se hizo el desentendido.
O acaso ¿quiere también proteger la imagen de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) porque en sus filas tenía a un militar que se dedicaba a vender drogas y a asesinar a jovencitas que utilizaba para sus perversiones sexuales?
¿No le bastó callar y no decir nada por la matanza que hicieron militares en el municipio de Tlatlaya? Recuerde, amigo lector, que los peritos de la PGJEM fueron los primero en llegar a esa escena del crimen.
Ahora, de nueva cuenta, la actuación del procurador mexiquense está en tela de juicio.
Les digo por qué:
Carlos Mata Martínez, abogado que defiende al menor Daniel Alejandro Jaramillo Rodríguez, a quien involucran en la desaparición de mujeres en el corredor Ecatepec-Tecámac, estableció que «El Mili» está relacionado con la muerte de 16 jovencitas cuyos cuerpos eran arrojados a un río de Ecatepec.
Por ello, la juez de tercera instancia, Arhemi Figueroa Pérez, ordenó al segundo
y tercer juzgado que se hiciera el dragado del Gran Canal para localizar los restos de las posibles víctimas.
La indicación judicial salió desde el centro de Readaptación para menores de Zinacantepec, donde están los adolescentes involucrados de la banda de «El Mili» y quienes establecieron la forma violenta en que asesinaban a las mujeres que tenían en su poder.
Ese fue el motivo del dragado del Gran Canal y lo que motivó el escándalo mediático la semana pasada, entre el secretario general de Gobierno, José Manzur Quiroga, y el procurador Alejandro Gómez contra el diputado perredista Octavio Martínez Vargas, quien declaró equivocadamente y sin contar con pruebas de que habían sacado 46 cadáveres.
Luego, entre otras confusiones, se dijo que habían sido 21 cuerpos los encontrados, de los cuales 16 eran de mujeres, lo que confundió más a la opinión pública.
Sin embargo, en vez de dar una respuesta concreta a la sociedad mexiquense sobre esa situación, el procurador Alejandro Jaime Gómez salió a decir en conferencia de prensa, que el 98.9 por ciento de los restos sacados eran de animales.
Pero no explicó que con el dragado en el río se cumplía un mandato judicial para localizar posibles víctimas de la banda de «El Mili».
Fue el abogado Carlos Mata Martínez quien tuvo que salir a decir que se buscaban cuerpos de mujeres en el Gran Canal por mandato judicial, a raíz de las declaraciones ministeriales del militar y al menos dos de sus cómplices que se encuentran encerrados en el penal para menores en Zinacantepec.
Existen evidencias de que al militar Erick Sanjuan Palafox le gustaba utilizar a las jovencitas para la venta de drogas en unidades habitacionales como la de Los Héroes, en donde vivía Bianca Edith Barrón Cedillo, una de sus víctimas.
Además, practicaba la trata de blancas y era sanguinario con las mujeres adolescentes que llegaba a secuestrar.
Pero la investigación está en proceso, el abogado Carlos Mata sostiene que «El Mili» es un asesino serial, porque no sólo ejecutó de una forma brutal a Bianca Edith, sino también a otras chicas, cuyos restos pueden estar en los despojos que se sacaron del Gran Canal y que el procurador Alejandro Jaime Gómez, sostiene que «son de animales».
Es posible que el militar-asesino esté relacionado con la desaparición de las jovencitas en el corredor Ecatepec-Tecámac, entre las cuales se encuentran además de Bianca Edith Barrón, Arisbeth Sánchez Izalde, cuyo hermano que también fue secuestrado y después puesto en libertad, informó que la persona que se llevó a Arisbeth tenía corte militar.
La Procuraduría ha cometido errores garrafales como el de entregar cuerpos equivocados como sucedió con Abril Selena Caldiño Rodriguez, a cuya madre le entregaron sus supuestos restos, pero en realidad no eran de ella, sino de una mujer como de 40 años de edad, mientras que Abril tenía 15 años cuando desapareció en el corredor Ecatepec-Tecámac.
Otras chicas desaparecidas en ese mismo corredor son Lucía Joseline Robles Sánchez, de 17 años de edad, y Yenifer Velázquez Navarro, de 16, desaparecidas en la misma zona ¿Su verdugo fue «El Mili»?
PARA EL ARCHIVO…
El diputado perredista, Octavio Martínez Vargas, sostuvo en la tribuna de la Cámara de Diputados en Toluca, que exigía la renuncia del procurador Alejandro Jaime Gómez Sánchez, aunque sólo lo hizo para presionar a la PGJEM a atender el caso de las desaparecidas en Ecatepec-Tecámac.
La diputada Ana Yurixi Leyva Piñón, del grupo político de Martínez Vargas, ya se puso a trabajar para impulsar una iniciativa para formar una comisión legislativa para investigar los feminicidios; sin embargo, ¿la dejarán avanzar en la Cámara de Diputados de la ciudad de Toluca, donde el control lo tiene el gobernador Eruviel Ávila Villegas?
Esperemos el debate, porque no sólo en el corredor Ecatepec-Tecámac hay feminicidios, sino también en otros puntos del Estado de México como en la zona oriente, donde se han encontrado a mujeres muertas en diferentes circunstancias.
La más reciente, este lunes 20 de octubre en el municipio de Cocotitlán, donde una mujer fue arrojada completamente desnuda desde un auto en movimiento sobre la carretera Chalco-Cuautla.
¿Alguna autoridad se preocupará por encontrar a su asesino, o su crimen permanecerá en olvido durante años?