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La Polémica | Otra vez, Zepeda quiere ser candidato
Matrimonio y mortaja del cielo baja, decían nuestras abuelas, aunque siempre me gustó más la versión de una tía: “y si no baja una se lo trabaja”. Te preguntarás entonces, si es así de sencillo ¿en dónde están esas otras mitades? O mejor aún ¿en dónde está la mitad que me toca? O bien has tenido la oportunidad de salir con varias personas a las que en un momento dado has considerado posibles medias naranjas, pero algo sucede y nunca llegas a la tercera cita. ¿Te ha pasado alguna vez o peor aún, casi siempre te pasa? Si tu respuesta fue “sí”, pon atención a lo siguiente, tal vez en este artículo encuentres el “meollo del asunto” o dicho en otras palabras, el por qué no encuentras a tu “media naranja”.
Por principio de cuentas, algunas personas se pasan la vida buscando una media naranja, porque les enseñaron que así tiene que ser, que si son naranjas forzosamente se tendrá que buscar entre la misma fruta, pero ¿por qué no un medio limón o una media sandía?
Hace unos días, charlando con mi psicólogo de cabecera, comentó algo muy importante que les quiero compartir: “el problema es que muchas personas crecen con la creencia de que una pareja debe tener los mismos objetivos, la misma clase económica, la misma religión y muchas cosas encajonadas en “lo mismo”; sin embargo, agregó, si prevalece este pensamiento, entonces también se pensaría que las personas deben buscar su pareja con alguien del mismo sexo y no se refería a una pareja con preferencias sexuales diferentes, sino que las personas no suelen detenerse a pensar que, dentro de una misma religión, de una misma clase social, de un mismo país, etc., las personas son distintas. Buscar a la otra mitad en un círculo pequeño, reduce las posibilidades de encontrar a una pareja. Si verdaderamente se ama, debe aceptarse a las personas tal y como son, así DIFERENTES y nunca pretender que con el tiempo cambien”.
Así pues, primero debemos comprender que todas las personas somos diferentes, ése es el primer paso para poder encontrar a nuestra otra mitad.
Olvídate de los estereotipos de pareja que te dijeron son los ideales, tu ideal es distinto al de tu mamá, tus hermanos, amigos etc., ya que “su” ideal está basado en lo que ellos consideran es mejor para sí mismos.
Esto sucede porque la construcción de ese “ideal” regularmente se edifica durante la crianza, desde que las mamás y los papás comienzan a seleccionar o a calificar a las amistades del colegio y, posteriormente, a los novios y novias, según lo que ellos consideran es conveniente para sus hijos. Posteriormente se va teniendo un referente del tipo de personas con las que es mejor convivir y algunas veces se comete el error de buscar a una pareja que cumpla con esos requisitos que nos enseñaron en casa acerca de las personas.
Pero el ideal de pareja no tiene que responder a un ideal construido por varias personas, sino aquella persona que sea compatible contigo, debe ser esa persona con la que tú te sientes feliz, porque tus características son únicas; por tanto, nadie más que tú puedes saber lo que es mejor para ti.
El asunto es terminar con el mito de la “media naranja”, ¿cómo? buscando tu mejor mitad, quizás en ello descubras que tu mejor mezcla no es con una naranja, sino con un limón, una fresa, un melón, etc. Y que el resultado de esa combinación hará un jugo extraordinario, dicho en otras palabras, sacar lo mejor de esas diferencias, crear combinaciones de capacidades, habilidades, fortalezas para crecer juntos, ésa es tu pareja ideal, que más que una “media naranja”, será tu “mejor mitad”.
Regálame tus comentarios a Facebook: El Diván de Cony/Cony Morelos Psicóloga, Twitter: @eldivandecony, email: [email protected]