Balazos en el pie
Existen tantas personalidades como número de personas sobre la faz de la tierra. Todos somos únicos. Sin embargo, hay rasgos de éstas que se traducen en comportamientos comunes que comparten muchas personas y que a nosotros los psicólogos nos permiten clasificarlas de diversas maneras para entender mejor el comportamiento humano.
En este tenor, el día de hoy quiero hablarles de ciertos comportamientos que se observan en las personas que de manera coloquial o sarcástica solemos llamarlas “LUCIDORAS”, Sí, son esas personas que a como dé lugar les gusta aprovechar cualquier oportunidad para que las volteen a ver. Sin importar si son asertivas o no. El propósito es lograr ser el centro de atención y por citar sólo algunos ejemplos, son aquellas personas que en una reunión de trabajo suelen cuestionar, siempre en voz alta, las presentaciones, comentarios o aportaciones de otros, con comentarios regularmente poco propositivos, sarcásticos y hasta burlones.
Estos “lucidores”, también los podemos encontrar dentro de la familia, son aquél cuñado, hermano, sobrino, tío, etc, que siempre está ventilando información personal o íntima de los demás, en un afán de hacerlos quedar mal o burlarse de ellos.
Hay otro y otras más, que entran a los lugares haciendo cualquier cantidad de ruidos, risas o simplemente hablando lo suficientemente fuerte buscando hacerse notar sin tener el menor cuidado de si deben o no guardar silencio.
Así podría citar muchos otros ejemplos, pero el propósito no es tal, sino tener algunas estrategias para sobrellevarlos o bien, si fuera el caso, y eres tú quien se siente identificado con la descripción, nunca es tarde para erradicar esos comportamientos que no son agradables para los demás.
¿Qué hacer entonces?, sólo reflexionar sobre el significado de esta palabra: “dar luz, sobresalir positivamente, destacar, sobresalir, etc.” Ése es el sentido real de la palabra.
Recuerda que siempre será mejor lucir aquello que hacemos mejor, que gritar a los cuatro vientos lo peor de nosotros.
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