La Polémica | ¿Terminó la era de la frivolidad en el Poder Judicial?
Hace algunos ayeres, tal vez a los cinco años de edad -aproximadamente- solía entretenerme y pasar horas hablando y jugando con mis “amigos imaginarios”, un día mi madre me dijo que si seguía hablando sola me respondería el diablo, por supuesto que dejé de hacerlo, frente a ella claro está, en lo sucesivo me cuidaba de que ella no estuviera a mi alrededor y continuaba hablando con “ellos”.
Más tarde, el estudio de la Psicología me mostró que esta práctica es completamente natural a esa edad, esta conducta se muestra claramente en aquella película famosa “Marcelino pan y vino”, niño que crece en un monasterio rodeado de adultos (los monjes) y solía hablar con “Manuel”.
Por su parte Freud y Piaget refieren a estos amigos imaginarios como una forma de expresión que tienen los niños en etapa de preescolar, ejercicio importante para reforzar su socialización y lenguaje.
Entonces cuando se es mayor ¿hablar solo es signo de alteración mental?, por supuesto que no, muchas personas hablan solas en algunos momentos y circunstancias de la vida, ese “estoy pensando en voz alta” es absolutamente normal, de hecho es una condición benéfica para el cerebro, por ejemplo, ayuda a recordar cosas con mayor facilidad y hasta liberar emociones no tan agradables.
Al respecto el psiquiatra Luis Rojas Marcos menciona que hablar con una planta, un animal o algún objeto permite al cerebro convertir en palabras las emociones negativas, puede incluso lograr que la persona salga de un estado alterado, que en otras circunstancias podría afectarle: “los sentimientos que no tienen palabras se acumulan en la memoria emocional”.
Las personas que hablan solas tienen una gran imaginación acompañada de la habilidad para relacionarse con los demás, es como si necesitaran compartir con alguien o exteriorizar el exceso de información que tienen en la cabeza, sin que esto sea una característica patológica, ya que existe la conciencia de que se debe cuidar un comportamiento aceptado por la sociedad para que no los señalen de “locos”, aunque en ocasiones cuando se encuentran en espacios “de confianza”, casa, oficina o en el auto, sin darse cuenta llegan a hacerlo, lo cual tampoco responde a un comportamiento anormal.
Por tanto, hablar solo se considera anormal sólo cuando es a consecuencia del consumo de alcohol en exceso y otras drogas, así como de algunos trastornos en los que la persona sufre de alucinaciones.
Así que la próxima vez que te sorprendan hablando solo no te preocupes, muchas otras personas también lo hacen.
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