Balazos en el pie
El rector Carlos Alberto Villaseñor Perea puso en vergüenza a nivel mundial a la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) al negar el acceso al auditorio Álvaro Carrillo a Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz, por el simple hecho de haber sido invitada por la alcaldesa de Texcoco Delfina Gómez Álvarez, del partido Movimiento Ciudadano, para dar una conferencia magistral y conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
El vil acto de Villaseñor -como fue calificado por propios y extraños-, nunca se había cometido en esa universidad, símbolo de lucha del pueblo mexicano y honor de nuestro país en el todo el mundo.
Pero a Carlos Villaseñor no le importó el prestigio de la Universidad y mucho menos la presencia de una mujer que representa el Premio Nobel que instauró Alfred Nobel, aquel ciudadano sueco promotor de los premios que llevan su nombre, para reconocer a personajes que simbolizan o luchan por la paz en nuestro planeta, entre otras disciplinas científicas.
Simplemente le negó la entrada, así de tajo, aunque después en un desplegado dijo que «no estaba enterado» de la visita de Rigoberta Menchú, a pesar de que el ayuntamiento de Texcoco, le puso en su cara los oficios que le dirigió para obtener el permiso, incluso, el gobierno local hizo público un documento en el que se invitaba a Carlos Villaseñor a la conferencia de la Premio Nobel de la Paz.
Pero ¿qué hay atrás de esta negativa de una autoridad de una universidad que presume de autónoma? Simple: La política priista. Veamos por qué: Carlos Villaseñor está amarrado con el gobernador Eruviel Ávila Villegas porque es su «compadre» por la generación 2013, pero no sólo eso, sino también su elección como rector en el 2011 fue al más viejo estilo del PRI, con la compra de votos (a 500 pesos), borracheras y comilonas.
Además, contó en esa elección con el apoyo de la organización priista Antorcha Campesina, adversaria declarada de Delfina Gómez y de Higinio Martínez Miranda, líder del GAP, quien la promovió y ayudó a ganar la elección en el 2012.
Y aunque usted no lo crea, Villaseñor también recibió el incondicional apoyo del entonces alcalde (211) de Texcoco, el agrónomo y priista Amado Acosta, quien quería ser diputado federal en ese entonces.
El proceso electoral de Carlos Villaseñor estuvo plagado de irregularidades, desde la muerte del alumno del tercer semestre de la preparatoria agrícola, Sergio Barbosa Torres, la quema de un auto de un estudiante que ingresó a la universidad para denunciar el fraude interno.
En mayo del 2011 los grupos adversos al ahora rector lo acusaban de contar con el apoyo de Amado Acosta, Manuel Cadena, ambos egresados de esa universidad, ambos priistas, ambos, con control político de la zona de Texcoco, desde la alcaldía y desde una diputación federal.
Y otros que influyen en el ánimo del rector Villaseñor son el investigador Abel Pérez Zamorano (consejero universitario) y el diputado federal del PRI, Brasil Acosta, ambos ideólogos del Movimiento Antorchista Nacional.
Como todo los saben, Brasil Acosta, egresado también de la Universidad Autónoma de Chapingo, quiere ser candidato del PRI a la alcaldía de Texcoco en el 2015 y su relación con el rector es excelente, al igual que Carlos Villaseñor con el gobernador Eruviel Ávila Villegas.
Entonces, lo que menos se quiere en la UACh es abrirle espacio a Delfina Gómez, que representa a Higinio Martínez Miranda, operador de Andrés Manuel López Obrador y que se rebeló contra la arbitraria decisión del gobernador Eruviel Ávila Villegas, por el Hell & Heaven Metal Fest 2014.
Carlos Villaseñor actuó «con las patas», como se dice literalmente en política, pues pensó que era más fácil «hacerle un favor» al gobernador Eruviel y a la clase política del PRI en la región de Texcoco, que a Delfina Gómez, quien a fuerza quería brincarse las trancas del poder y darle gusto a miles de jóvenes con el festival metalero.
Por ello y a pesar de que oficialmente se había solicitado por escrito el auditorio Álvaro Carrillo para la conferencia de Rigoberta Menchú y que incluso se consideraba un desayuno entre él, la premio nobel y la alcaldesa Delfina, prefirió actuar como «soldado del PRI» y cerrar las puertas de la universidad a ese personaje de talla mundial.
Y dentro de su absurdo, nunca pensó las consecuencias que le atraería ese desplante. Inició ese mismo 7 de marzo con la toma simbólica de la rectoría por parte de los alumnos; las múltiples voces de protestas de egresados e internos de esa máxima casa de estudios de la agricultura.
Además, hubo desplegados de las organizaciones sociales y sindicales que protestan contra el rector Carlos Villaseñor que quiso tapar con una aclaración publicada en el portal digital de la UACh sobre la “supuesta visita» de Rigoberta Menchú que no estaba considera por las autoridades.
Acusó a un grupo de profesores y estudiantes de no perder la oportunidad para desprestigiar a la universidad, pero no presentó ninguna prueba de su dicho.
Pero en realidad esta fue la respuesta más tonta del rector de la UACh porque a la vista de todos quedó marcada en la historia de esta universidad agrícola, el desplante de un rector ante una figura ganadora de un Premio Nobel de la Paz, así como de un premio Príncipe de Asturias.
Pero el desprestigio de la Universidad Autónoma de Chapingo por el desplante hecho a Rigoberta Menchú no sólo quedó en casa, ya que también se les cerraron las puertas a universitarios, académicos e investigadores que llegaron a escuchar a Rigoberta Menchú.
Para el archivo…
Villaseñor fue electo rector desde el 2011 al 2015 y durante todo este tiempo se le ha visto involucrado en escándalos como el de la contaminación de comida que afectó a más de 900 alumnos a mediados del 2013 y las extensas huelgas que tuvo durante sus primeros dos años de administración.
Lo de la comida se presumió que él permitió la adquisición de alimentos echados a perder, pero cómo nadie investigó no se le pudo comprobar algún fraude.
Al interior de la UACh hay tantas irregularidades, pero falta un valiente que las denuncie con pruebas en la mano para que se inicie una investigación por parte de la federación y saber qué pasa realmente en la administración que preside Carlos Villaseñor, brillante nuevo «soldado del PRI».