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MÉXICO, D.F., 22 de enero de 2014.- La incidencia de secuestros en México ha aumentado en los últimos 16 años, durante los cuales los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón emprendieron distintas acciones para combatirlo. Ahora, el presidente Enrique Peña Nieto alista una nueva estrategia contra este delito.
De acuerdo con información de Milenio, desde 1997, cuando se empezó a medir la incidencia delictiva, a noviembre de 2013 se tiene registro de 13 mil 478 secuestros denunciados, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Pese a las estrategias federales, la cifra de secuestros ha ido al alza y de 2008 a la fecha, se ha duplicado, alcanzando su máximo histórico en 2013, de acuerdo con un estudio del Observatorio Nacional Ciudadano, el cual refiere que agosto de ese año ha sido el mes con más denuncias. Según las denuncias, durante el 2013 hubo casi cinco secuestrados por día.
Una de la razones del aumento en la incidencia del secuestro es la falta de visión a largo plazo, considera María Elena Morera, presidenta de la organización Causa en Común.
Para la activista, otro punto importante es el compromiso político del presidente en turno.
Promete Zedillo «cero tolerancia» y lanza la cruzada nacional contra el crimen
La crisis de secuestros en México estalló en el gobierno de Ernesto Zedillo, por grupos como el de Daniel Arizmendi, El Mochaorejas; el de Andrés Caletri y la banda de Los Canchola.
En el inicio de su gestión, en 1994, se realizó una reforma a los artículos 21 y 73 constitucionales y se creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública, con el objetivo fue fortalecer la coordinación de la federación, el DF, los estados y los municipios, con las dependencias del gobierno federal.
En 1995 se publicó la Ley que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y en 1998, el Reglamento de la Secretaría de Gobernación en el que se creó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública como órgano desconcentrado de esa dependencia.
«Con Zedillo se dio un primer paso, pero el problema es que no estamos acostumbrados en México a consolidar las instituciones, vamos un paso para adelante y tres para atrás», afirma María Elena Morera.
«Todas las estrategias han tenido una buena intención, no tengo duda de eso; sin embargo, en el momento de ejecutarlas seguimos dependiendo de las personas y no de las instituciones».
Y es que a pesar de estas acciones, el 29 de noviembre de 1997 miles de mexicanos salieron a las calles, convocados por la organización México Unido Contra la Delincuencia, para protestar contra la inseguridad. En ese año se registraron mil 47 secuestros.
Tras la manifestación pacífica y silenciosa, el 3 de diciembre de ese año el entonces presidente Ernesto Zedillo, en un mensaje a la nación, expresó su preocupación y reconoció que «la inseguridad pública se ha agravado en muchos lugares de la República pese a que las autoridades locales, estatales y federales de ningún modo han permanecido pasivas».
En su mensaje, Zedillo convocó al Congreso de la Unión, a los gobiernos estatales, a las comisiones de derechos humanos y a las organizaciones sociales a emprender una «cruzada nacional contra el crimen y la violencia».
El 26 de agosto de 1998, Zedillo presentó la Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia, que proponía un registro completo de delincuentes y de servidores públicos corruptos; también la capacitación de los policías y mejores equipos para combatir el crimen.
Ese año la cifra de secuestros bajó a 734 casos denunciados; mientras que para 1999 se registraron 590 y al término del mandato de Zedillo, en el año 2000, la cifra bajó a 558.
Con Fox, otra marcha y una nueva cruzada contra el crimen
En enero de 2001, el ex presidente Vicente Fox lanzó la Cruzada Nacional Contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado, «frente al justo reclamo de los mexicanos a gozar de un ambiente seguro y ante la descomposición social y estructural generada por los grupos delictivos».
En el discurso, la estrategia tenía, entre otros, objetivos como ubicar la dimensión de la lucha contra la inseguridad y reconocer la vulnerabilidad de la seguridad pública en México, aunada a la expansión del narcotráfico. Proponía «sin distingo, sin descanso, pero con legalidad, sincronía de acciones» y comenzar por limpiar «la propia casa».
Sin embargo, en junio de 2004 la ciudadanía se volvió a expresar contra la inseguridad y bajo el lema «¡Rescatemos México!» se convocó a una marcha, tras la cual Vicente Fox se comprometió a dar resultados en 60 días.
En la administración de Fox, hubo también el compromiso, asentado en la Conferencia Nacional de Gobernadores, de generar unidades antisecuestro.
«Creo que con el presidente Vicente Fox la estrategia fue buena en cuanto a que se prepararon las Unidades Antisecuestro en los estados, también en cuanto a que el gobierno federal estaba muy metido en el tema a través de la Agencia Federal de Investigación, el problema fue que después se descuidó una vez que pasa la coyuntura», explicó Morera.
El 1 de noviembre del 2001 se creó la AFI, en sustitución de la Policía Judicial Federal. El 15 de diciembre de 2006 el presidente Felipe Calderón, como parte de la Estrategia Nacional de Combate a la Delincuencia, unificó el mando de la AFI y el de la Policía Federal Preventiva, conformando una sola Policía Federal.
«Los gobiernos empezaron a ocupar estos grupos (las Unidades Antisecuestro) que ya estaban formados para utilizarlos en otros temas.
«A nivel del gobierno federal lo que falló fue que pasando el periodo del presidente Fox, el presidente Calderón se enfocó al tema del narcotráfico y se dispersaron los grupos antisecuestro, que dejaron de dar resultados», señaló la presidenta de Causa en Común.
En la administración de Vicente Fox fue cuando menos secuestros se registraron, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En 16 años de realizarse este monitoreo, los años de 2004 y 2005 fueron en los que bajó la incidencia de este delito: 323 y 278 casos denunciados, respectivamente.
Calderón y su lucha contra el crimen organizado
En el inicio de la administración de Felipe Calderón, en 2006, se registraron 733 secuestros denunciados y para el fin del sexenio, la cifra se duplicó a mil 407 en 2012.
En sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en 2007, Calderón lanzó la Cruzada Nacional contra la Delincuencia, con la que prometió ganar la »guerra» al crimen organizado.
En noviembre de 2008, el pleno del Consejo Nacional de Seguridad Pública aprobó la Estrategia Nacional e Integral contra el Secuestro, la cual establecía la formación de las unidades especializadas en combatir al secuestro.
«Con el presidente Felipe Calderón lo que pasó fue que sí había un compromiso del gobierno federal; sin embargo, el compromiso estaba más hacia temas de narcotráfico que hacia temas de secuestro», señaló María Elena Morera.
Consideró que el mensaje de Calderón fue político y no logró aterrizarlo en un trabajo conjunto del gobierno federal y los estatales para combatir el secuestro a nivel nacional.
«Además se dio la entrada de grupos del crimen organizado que se dedicaban en un tiempo exclusivamente al narcotráfico y que emigraron a dedicarse al secuestro».
Para Morera, el gobierno de Calderón descuidó el combate al secuestro y dio prioridad a otros temas.
La de Peña, cuarta estrategia contra el secuestro
Este miércoles, el presidente Enrique Peña Nieto presenta la estrategia de su gobierno para combatir el delito de secuestro.
A decir de la presidenta de Causa en Común, el plan que presente Peña Nieto debe contar con instrumentos que sean eficientes en el largo plazo.
La activista consideró que la nueva estrategia debe tener, además de la voluntad política del presidente Peña Nieto, que la información que se genere en las investigaciones de este delito, se comparta con la Unidades Antisecuestro de los estados.
La sociedad espera, dijo Morera, que en el corto plazo bajen las cifras de secuestros, en la medida en que se hagan bien las investigaciones, que deben de llevar a la captura de bandas de secuestradores.
«Como sociedad debemos de ser mucho más incisivos en que las estrategias sean a largo plazo y no nos quedemos en el momento coyuntural», dijo.