Aprueban 93 Cabildos reforma judicial local
NEZAHUALCÓYOTL, Edomex., 17 de febrero de 2014.- Sin entender aún la magnitud de la tragedia, la pequeña Rita Josselyn se aferra a sus abuelos, junto con su hermanito de apenas un año y medio.
Ambos miran los dos ataúdes, saben que son sus padres los que están ahí, pero aun no comprenden el por qué. Por la noche estaban contentos y se iban a festejar, y ya regresaron en un féretro.
Uno y otro familiar llegan y los acarician, pero ellos permaneces serios, sin llorar, como si presintieran que ya no volverán a ver a sus padres. “Aquí en Neza ir a un antro es jugar a la ruleta rusa”, dice Víctor Aurelio Méndez, padre de Verónica Lucero Méndez Díaz, de 23 años, quien junto con su esposo Mario Francisco Sánchez Martínez perdió la vida en el ataque al Bar «Davis Coffee Karaoke», la madrugada del domingo.
“Como les pasó a mis hijos, ahí está su festejo de ellos, para que vean que la delincuencia está bajando, pero baja de Michoacán hasta acá, y eso que el gobernador dijo que puso obstáculos para que no pasaran”, afirma Víctor con la voz entrecortada por la mescla de coraje, pesar e impotencia por la muerte de los dos jóvenes esposos.
Juan José Sánchez Martínez, tío de Mario Francisco Sánchez, señala que por la madrugada le avisaron que la pareja había fallecido en una balacera en el bar de la cuarta avenida.
Agrega que con ellos iba una prima de Mario Francisco y el hermano de Verónica Lucero.
Los dos salvaron la vida, la mujer sólo recibió un balazo en un pie, fue dada de alta, aunque ahora la afectación psicológica la mantiene es un severo estado depresivo.
El hermano de Verónica Lucero, había salido a fumar un cigarro, pero también se encuentra postrado ante la impresión por lo ocurrido.
A sus padres sólo les dijo que todo fue en fracción de segundos, que salió y cuando quiso regresar comenzaron los disparos, por lo que sólo se protegió, para después darse cuenta que su hermana y su cuñado fueron alcanzados por las balas.
“LOS HIJOS DE LOS SICARIOS COMEN CON LA SANGRE DE NUESTROS DIFUNTOS”
Para Víctor Aurelio y su esposa Alicia Díaz López, la tragedia dejará una profunda huella en su vida; “yo le digo a los sicarios que sus hijos comen con la sangre de nuestros hijos, ¿qué no les da asco?, lanza su cuestionamiento.
Y agrega que el pide que los sicarios tengan remordimiento y que de eso mueran, porque en su camino delictivo se llevan a muchos inocentes, como en este caso a sus hijos.
Llorando, Alicia Díaz pide justicia para sus hijos, “porque no fue uno, fueron dos los que me mataron, causando un dolor muy grande a toda la familia”, afirma.
A su vez, pide apoyo para sus nietos, los hijos de la pareja asesinada, quienes tienen seis y un año y medio de edad; “el gobierno que da becas y apoyo, ojalá y se apiade de mis nietos que quedan desamparados, que les apoyen para garantizar su educación, porque aunque nos tienen a nosotros, ya no somos jóvenes y vamos al día con nuestro trabajo”, pide Alicia.
El llanto, por el dolor, la impotencia, la ira y hasta el temor se siente en el ambiente, por lo ocurrido la madrugada del domingo, en donde el festejo de una familia se volvió tragedia, en donde por no cumplirle al crimen organizado, se destruye un hogar de personas que nada tenían que ver con las acciones delictivas, que sólo buscaban un rato de esparcimiento y que acabó con sus vidas.