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NEZAHUALCÓYOTL, Edomex., 27 de febrero de 2014.- Las calles en la zona norte de Nezahualcóyotl se están convirtiendo en cárceles privadas, con rejas altísima, cadenas y candados, ya que de 20 vialidades sobre la avenida Valle de Las Zapatas, 18 están cerradas totalmente a pesar de la oposición de algunos vecinos, que se quejan de que se violan sus derechos constitucionales de libre tránsito.
Además, es imposible que ingresen ambulancias, carros de bomberos o patrullas para prestar auxilio.
El motivo, dicen los vecinos, es que cada día son más las familias que aceptan que sus calles se conviertan en «celdas privada», por la creciente inseguridad, secuestros, robo a casa habitación y de vehículos.
Sin embargo, hay ciudadanos como Cesáreo Mauricio Lira Hernández, que no están de acuerdo con que las calles se conviertan en «cárceles» como una manera de buscar protección ante el embate de la delincuencia.
«Están violando nuestro derecho constitucional de libre tránsito, de vivir con tranquilidad», dijo.
Explicó que una mujer murió por un ataque cardíaco y los paramédicos municipales no pudieron ingresar a su casa, porque las rejas tenían candados y cadenas.
Él buscó al presidente municipal Juan Zepeda Hernández y al secretario del ayuntamiento Cristian Campuzano Martínez para pedir que se le respete su derecho a caminar libremente por las calles de la colonia Valle de Aragón 1.
Pero sus vecinos no están de acuerdo en que se retiren las rejas, ya que temen ser víctimas de la delincuencia, porque hay casos en que asaltantes se meten a los domicilios, amordazan, violan o matan a sus víctimas.
Ricardo, un vecino de la avenida Valle de las Zapatas, dijo que las autoridades municipales y las del Estado de México no han sido capaces de garantizar la seguridad pública desde hace más de 10 años.
«Este fenómeno de las rejas y candados fue por propia iniciativa de los ciudadanos, como una manera de defender sus bienes y su vida, lo mismo se ve en Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla y Coacalco», expresó.
Las autoridades locales han intentado desmantelar esas «cárceles privada» pero se ha enfrentado a la oposición de la mayoría de familias, cuyo miedo es extremo hacia la delincuencia, más a ser multados o llevados ante un juez municipal por impedir el libre tránsito por las vialidades de zona norte de esta ciudad.