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MÉXICO, D.F., 13 de junio de 2014.- Capitalinos dejaron por un par de horas sus tareas cotidianas para concentrarse en un solo asunto: el debut mundialista del Tri.
En diversas zonas, las calles comenzaron a vaciarse conforme se acercaba la hora del duelo ante Camerún.
En Polanco, restaurantes, centros comerciales y hasta en la vía pública fueron el «estadio» para los chilangos.
Sobre restaurantes en Alejandro Dumas y Julio Verne, las mesas eran ocupadas por comensales que portaban la camisa verde.
Y en centros comerciales, los visitantes aprovecharon lugares donde hay pantallas para detenerse a ver el partido.
Incluso hubo quien decidió crear una efímera comunidad de aficionados, como un voceador en Arquímedes que optó por instalar una pantalla en su puesto, lo que atrajo a un grupo de transeúntes que se quedaron a ver el juego con él.
«Vine a la Embajada a tramitar mi visa, pero me retrasaron la cita y ya no me dio tiempo de llegar a mi casa, por eso me quedé aquí a ver el partido», dijo Carlos Hernández, un estudiante.
Ante cada jugada emocionante y goles anulados, observadores gritaban, se entusiasmaban o lanzaban maldiciones.
En Santa Fe, las calles normalmente saturadas lucían libres, pero en los centros comerciales de la zona, la escena también fue estelarizada por camisetas verdes.
La plancha del Zócalo lució casi llena de espectadores que se congregaron para ver el partido en la megapantalla que instaló el gobierno capitalino.
A unos metros, el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera disfrutó el encuentro con parte de su gabinete en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
También en Naucalpan, el Tri logró congregar a unas 500 personas junto al Palacio Municipal, donde con matraca en mano observaron el encuentro en una pantalla gigante y se regalaron chicharrones y palomitas.