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PARTE IV
Secuestro de familias por no pagar en enganche de 10 mil pesos
El ocho de junio del 2011, la ambición le ganó a Manuel Solís, secuestró a las familias que estaban en el campamento y sólo dejaría entrar a los maridos que estaban dispuestos a pagar 10 mil pesos de enganche por cada lote.
Ese día, de acuerdo a testimonios radicadas en carpetas de la PGJEM, Manuel gritaba: «sí no están de acuerdo se me van a la chingada». Las familias le pedían documentos que comprobaran que los predios realmente eran suyos para entregarle el abono de 10 mil pesos.
Ante la inconformidad de algunos colonos, Los pistoleros e hijos de Manuel, se apostaron en la entrada del campamento, armados con pistolas, palos, piedras y varillas, para impedir que salieran o entraran colonos que se negaron a pagar en ese momento.
Manuel era agresivo, manoteaba y exclamaba: » Si no me van a dar el dinero, váyanse a chingar a su madre, yo no los quiero ver en mis terrenos».
Homero Molina Guerrero, uno de los vecinos que regresaba de trabajar y sin saber que era lo que pasaba, escuchó el gritó de Manuel Solís: «¿A dónde vas?, ya no puedes pasar a tu cabaña».
«Tú no pagastes (sic) los 10 mil pesos al señor Manuel Solís» le gritó uno de los pistoleros y sin avisar agredió físicamente a Homero Molina.
Ahí estaban, Alejandro Solís, «El Ámpula» y Víctor Toledo Tovar, con sus armas, listos para obedecer las órdenes de sus jefes y sí había de «matar a un cristiano», estaban dispuesto a hacerlo, según los testimonios que quedaron en un carpeta de investigación de la PGJEM.
Antonio García «El Tepozanes» -quien es señalado de haber asesinado a dos periodistas y al líder de ex comuneros de Chimalhuacán- y pistolero preferido de Manuel Solís, también ayudaba a intimidar y agredir a los colonos que no querían pagar «el enganche».
Francisca Josefina García Villegas, otra de las afectadas, recordó que Manuel Solís les privó de su libertad porque no la dejaron salir del predio, obligándola a meterse a su cabaña, a pesar de que su esposo Bruno Aurelio Ávila, estaba muy golpeado del otro lado de la entrada.
A la gente que quería salir, el hijo de Manuel, Alejandro Solís, amenazó a la gente que quería salir y gritó: » Que regresen a sus cabañas sino quieren que se les de sus palazos».
Así obligó a las familias a mantenerse dentro del campamento y sacar a los que se negaron a pagar el dinero que exigía.
Por esta agresión y la venta de predios en el campamento «Las Casitas», los afectados iniciaron la denuncia por secuestro en contra de Manuel Solís, sus hijos y pistoleros en la PGJEM, pero ninguno piso la cárcel, porque el PRD los protegió y sus operadores políticos simularon que todos ellos estaban en la pre campaña del aspirante al gobierno del estado de México, Alejandro Encinas Rodríguez, cuando ocurrió las agresiones físicas a los colonos que se negaron a pagar los 10 mil pesos.