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TOLUCA, Edomex., 30 de agosto de 2014.- En tres de cada 10 casas hay un perro confinado, amarrado o viviendo en la azotea, así como el 90 por ciento de los dueños son irresponsables y no tienen cuidado con sus mascotas; incluso, no se preocupan de controlar su reproducción.
Ante esto, la diputada del PVEM, Rosa Elba Pérez Hernández, impulsa una iniciativa que creará la Ley General para la Protección de los Animales Domésticos, para brindarles los cuidados básicos y evitar su reproducción descontrolada, las agresiones a la población, la contaminación ambiental y la proliferación de enfermedades.
Explicó que en el Distrito Federal hay alrededor de 120 mil perros callejeros, los cuales producen de mil 80 a mil 800 toneladas mensuales de heces, lo que puede derivar en afectación del hábitat o de alimentos y, por ende, en padecimientos respiratorios y gastrointestinales.
La legisladora, subrayó que la sobrepoblación de los animales puede generar problemas ambientales, de salud pública y de convivencia, así como enfermedades ocasionadas por el contacto directo con aquellos que no reciben una atención veterinaria adecuada.
En el Distrito Federal, continuó, anualmente se atiende a cerca de 18 mil personas por mordeduras de perros. En dos años, la Brigada de Vigilancia Animal atendió 7 mil 13 denuncias relacionadas con maltrato animal, así como entregas voluntarias y rescate de caninos agresivos o que provocaban molestia a la población; asimismo, canalizó 587 perros a los centros de control por haber causado lesiones a personas.
Asimismo, existen los animales que se utilizan para carga, tiro o monta, que no se les considera como domésticos, sino como simples herramientas de trabajo, resaltó.
Estos casos se han visto en Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, donde los recolectores de basura usan caballos y burros para jalar sus carretas.
La legisladora, refirió que la mayoría de los problemas de protección de los animales domésticos son porque la gente tiene una percepción errónea de que no son capaces de sufrir, sentir dolor y padecer estrés, por lo que se desarrollan conductas de crueldad y negligencia hacia ellos.
Además, añadió, en ocasiones las personas no conocen el impacto que el maltrato a los animales puede tener en el ámbito ético y económico, e incluso en pérdida de la biodiversidad y problemas de salud pública.
Los principales problemas de protección, dijo, están relacionados con el mantenimiento, cuidado y alojamiento; el no proveer alimento y agua de calidad suficientes; negligencia e ignorancia sobre las instalaciones inadecuadas como el mal diseño de pisos, paredes y techos, los cuales afectan gravemente la salud de los animales domésticos.
Sostuvo que la protección no sólo implica proveerles de los cuidados básicos como salud, alimentación adecuada y espacio de descanso que los resguarde de las inclemencias del tiempo. También comprende la adopción de medidas que les permitan desarrollar las actividades propias de su especie.
Las personas, añadió, deben comprometerse a asumir una serie de obligaciones enfocadas en la satisfacción de las necesidades físicas, psicológicas y ambientales de los animales, previniendo en todo momento las afectaciones que puedan ocasionar a la comunidad o al medio ambiente, ya sea por agresiones, transmisión de enfermedades o daños a las personas y a sus bienes.
Esta responsabilidad implica evitar la reproducción incontrolada de los animales y los perjuicios que se pudieran ocasionar a terceros, lo que se liga con el segundo de los principios: el respeto que merecen las personas que no conviven con ellos.
La ausencia de legislación sobre el cuidado y trato a los animales, así como la falta de sanciones, hace que muchas personas actúen con indiferencia hacia estos problemas, enfatizó.
Por ello, dijo, la iniciativa de ley no sólo cubrirá las lagunas existentes, sino que dará un marco de referencia a las legislaturas de los estados para emitir leyes en el ámbito de su competencia que sean congruentes.