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MÉXICO, D.F., 3 de septiembre de 2014.- El nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México será único en su tipo, pues su diseño es “una escultura que se extiende, que vuela, que abre caminos”, explicó al presidente Enrique Peña Nieto Norman Foster, el prestigiado arquitecto británico ganador del proyecto.
Acompañado de su socio inversionista Fernando Romero, yerno del magnate Carlos Slim, Foster precisó que el proyecto será un nuevo modelo de sustentabilidad que sorprenderá a pocos y extraños que cuadruplicará la actual capacidad instalada del Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
Frente al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, el laureado arquitecto mostró al presidente Peña Nieto en maquetas el desarrollo del proyecto que multiplicará la capacidad de pasajeros que llegan a nuestro país por la vía aérea. El aeropuerto será construido en una superficie de cuatro mil 600 hectáreas que se ubican en el oriente de la capital, y constará de seis pistas que permitirán el desplazamiento de unos 120 millones de pasajeros al año y tendrá un costo estimado de 9 mil 169 millones de dólares, equivalentes a unos 120 mil millones de pesos.
Sin embargo, la primera fase de la construcción incluirá dos de esas seis pistas que permitirán desplazar a 50 millones de personas cada año, precisó el titular de la SCT, en su oportunidad. El diseño de la nueva instalación se desarrollará en forma de una “X”, lo que el arquitecto considera como una referencia a la emblemática letra que distingue el nombre de México en el mundo.
Es un proyecto “moderno, vanguardista y funcional que expresa gran dosis de simbolismo mexicano y que sin duda será referente a nivel mundial y una gran puerta de ingreso a nuestro querido país”, dijo Ruiz Esparza al concluir la presentación de Foster y Romero.