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MÉXICO, DF, 22 de octubre de 2014.- El cambio climático tiene consecuencias significativas en las actividades productivas, las condiciones sociales y los ecosistemas, y las estimaciones para América Latina y el Caribe sugieren que sus costos ascenderían a entre 1.5 y cinco puntos porcentuales del PIB regional en 2050.
Para atender la problemática es necesario invertir en estrategias de adaptación a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El reto es transitar a un modelo de desarrollo sostenible para aminorar la vulnerabilidad de la región frente al fenómeno, planteó Luis Miguel Galindo, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
El esquema alternativo requiere un pacto integral que incluya servicios públicos de transporte, salud y educación de calidad para toda la población. De no instrumentarlo, en los próximos años padeceremos la incapacidad para realizar procesos eficientes en el rubro, subrayó.
El economista explicó que los efectos no serán homogéneos a nivel regional o nacional. Los países latinoamericanos que dependen de actividades agropecuarias, turísticas o de sus recursos naturales serán más sensibles a las consecuencias. Es preciso actuar ya para controlar la deforestación y modificar los factores de consumo y transporte, advirtió.
En territorios con un sector primario débil, al no contar con apoyos económicos o recursos tecnológicos y técnicos suficientes, los agricultores enfrentarán más complicaciones para adaptarse a las nuevas condiciones del entorno, lo que repercutirá en la producción de alimentos, ejemplificó.
Si queremos un tránsito eficiente es indispensable ofrecer mejores condiciones a los productores, puntualizó el jefe de la Unidad de Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL, en el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de esta casa de estudios.
Medidas de adaptación urgentes, ante académicos y estudiantes reunidos en el auditorio Maestro Ricardo Torres Gaitán, subrayó que la reducción de gases plantea una paradoja para los países de la región, que en años recientes registran niveles de crecimiento positivos con sectores sociales que demandan más bienes y recursos, escenario relacionado con el aumento del consumo de energía y de emisiones contaminantes.
El modelo actual rebasa la necesidad de estabilización climática y de no modificarlo en lo inmediato, es probable que la temperatura global aumente, con consecuencias graves, principalmente, en los sectores de menores recursos, señaló. Es prácticamente inevitable un incremento de dos grados centígrados respecto a las condiciones previas hacia el año 2050. Por ello, urgen medidas de adaptación en América Latina y la más relevante es construir infraestructura para hacer frente al aumento de la temperatura global.