La Polémica | A 10 días, robos y saqueos en ayuntamientos
César Camacho Quiroz, presidente del PRI nacional, presume de que conoce la transparencia del ADN de cada uno de sus militantes y con la frase «no sólo cumpliremos la ley y nuestros estatutos, aplicaremos controles que garanticen la probidad y confianza de quienes nos abanderen», arrancó con los trabajos internos para seleccionar a los candidatos a puestos de elección popular para el 2015, entre ellos, a los aspirantes en el Estado de México.
El 18 de noviembre, César Camacho Quiroz, junto con su secretaria general Ivonne Ortega Pacheco y el secretario técnico del Consejo Político Nacional, Joaquín Hendricks Díaz, inició los trabajos de la XXXI sesión extraordinaria del Consejo Político, con miras a elegir a sus candidatos a gobernadores, diputados federales, locales, alcaldes y regidores.
Habrá elecciones para gobernador en Michoacán, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosi y Sonora, así como sus respectivos diputados federales, locales y alcaldías.
Para el Estado de México, el PRI nacional definirá a los aspirantes de los 45 distritos de mayoría, 30 plurinominales, diputados locales y para los 125 municipios con sus ayuntamientos.
Tarea nada fácil ante las circunstancias difíciles en que se encuentra el país, con la desaparición de 43 estudiantes de la norma de Ayotzinapa, la infiltración del crimen organizado en las estructuras políticas y con escándalos como el de la “Casa Blanca” de Enrique Peña Nieto y de su esposa Angélica Rivera.
César Camacho dice conocer el ADN de cada uno de sus militantes y asegura que «se aplicarán controles para garantizar la probidad y confianza» de sus candidatos; sin embargo, al menos en el Estado de México, ese ADN, esa sangre tricolor que corre por las venas de los aspirantes, puede estar más que contaminada.
Uno de los casos se ventila en Nezahualcóyotl, donde el diputado local del PRI Héctor Pedroza Jiménez es relacionado con el crimen organizado y con el tráfico de autos «chocolates», desde que estuvo en la Cámara de Diputados federales.
César Camacho Quiroz, quien ya fue gobernador del Estado de México, quiere llevarse «carro completo» en las elecciones en el territorio mexiquense; sin embargo, como conoce el ADN de los priistas, sabe que no son el mejor ejemplo de gobierno.
Uno de los peores priistas que lleva su ADN contaminado es Pablo Bedolla López, alcalde de Ecatepec, donde todos los índices de criminalidad ocupan el primer lugar, incluyendo los feminicidios y la desaparición de jovencitas.
Pablo Bedolla es posición de Enrique Peña Nieto en Ecatepec, pero no sólo defraudó a su padrino político, sino a todos los habitantes de ese municipio, porque no pudo solucionar en lo más mínimo el tema de la seguridad pública.
Bedolla López es candidato a un puesto de elección popular, aunque como consentido de Peña Nieto, lo pueden llevar, fácilmente, a una curul por la vía plurinominal.
En Los Reyes La Paz, César Camacho tiene en el presidente municipal Juan José Medina Cabrera un ADN que parece correr por el río de La Compañía, por lo sucio y maloliente de su reputación, ya que es un claro ejemplo de la corrupción que existen en los municipios gobernados por el PRI.
Obvio que Medina Cabrera va a querer ser diputado federal para protegerse de todo lo que ha hecho en Los Reyes La Paz, desde que puso a gruyeres a extorsionar a automovilistas hasta tener una nómina llena de «aviadores» y de hacer de la administración municipal un negocio propio.
Otro en la lista, para una diputación federal, es el alcalde de Coacalco David Sánchez Isidoro, quien no es investigado por ninguna de las corporaciones policíacas, aunque haya acusaciones en su contra por sus supuestas ligas con el crimen organizado.
Así podemos ir mencionando a cada uno de los aspirantes priistas a un puesto de elección popular, para demostrarle a César Camacho Quiroz que no todos sus militantes tienen su ADN limpiecito y puro.
PARA EL ARCHIVO… Otro que conoce bien su ADN es Héctor Miguel Bautista López, secretario general del PRD nacional, pero aquí no se trata de la sangre del militante, sino de su organización Alternativa Democrática Nacional (ADN), cuyos militantes también van a querer ganar algunos de los puestos de elección popular en el Estado de México.