La Política Mexiquense
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Chucu, chucu, chucu… ¡Ya nos llevó el tren!
Los medios de transporte han influido positivamente para el desarrollo de las sociedades a lo largo de la historia. En México, estamos a punto de iniciar una etapa donde con toda seguridad ya podemos afirmar que el futuro nos alcanzó, los elementos del cosmos se han alineado y todo indica que en medio de las Reformas Estructurales algunos mexicanos podremos trasladarnos tan rápido como una bala.
En efecto, con la inminente construcción de trenes de alta velocidad (aún no sabemos de dónde, se canceló la licitación) en nuestro país, se da paso a un nuevo capítulo en la historia del transporte ferroviario en México. Este camino lleno de durmientes nos lleva a responder ¿cuándo se introdujo el tren en México?, ¿hay trenes en la actualidad?
Por decreto del entonces presidente Antonio López de Santa Anna en 1842 se inició la construcción del primer tramo de vías en nuestro país, la obra de esa primer etapa fue entre Dos Ríos y el Molino, Veracruz. Con solo 13 kilómetros de vías que fueron inauguradas el 16 de septiembre de 1850. Después de una serie de incumplimientos por quienes habían recibido concesiones para construir, los hermanos Mosso hicieron el tramo de 5 kilómetros Tlatelolco-Villa de Guadalupe de México a Veracruz.
Esta puerta de acceso al interior del país para mercancías provenientes principalmente de Europa, se concluyó el 1 de enero de 1873 con 470 kilómetros de rieles y fue inaugurada por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Es importante señalar que esta obra se distinguió no sólo por ser la primera vía férrea en México, el trazo y proyección que hicieron los constructores de la época es muestra de la gran capacidad de los ingenieros mexicanos que participaron al trabajar en tierras de difícil acceso.
A partir de que fue inaugurado el Ferrocarril Mexicano, se hizo patente el interés de diversos grupos, nacionales y extranjeros, para la construcción de más líneas ferroviarias, los que presentaron al gobierno del presidente Lerdo de Tejada, sus proyectos para diferentes rutas en varias zonas del país con lo que este medio de transporte tuvo un importante desarrollo.
Durante la gestión del general Porfirio Díaz se dio gran impulso a la construcción de caminos, ferrocarriles y telégrafos; al finalizar su primer periodo en la Presidencia, nuestro país ya contaba con 1,079 kilómetros de vías férreas.
De esta forma inició el auge del ferrocarril en nuestro país, y durante décadas, experimentó cambios para asegurar una operación eficiente, incluso durante los movimientos armados que se dieron a principios del siglo pasado. Sin embargo, la falta de inversiones para mantener y actualizar la infraestructura ya existente, así como la escasa promoción para el traslado de personas y cargas a lo largo y ancho del territorio nacional hicieron que poco a poco desapareciera el ferrocarril como transporte masivo y de bajo costo.
En la actualidad, Grupo México con sus empresas Ferromex y Ferrosur operan el ferrocarril de carga en México y promueven la transportación turística con el llamado “Chepe”, que corre entre Chihuahua y los Mochis y el “Tequila Exprés”, que viaja entre Guadalajara y una hacienda tequilera en Amatitlán, Jalisco.
Hay optimismo por disfrutar los trenes de alta velocidad, pero la construcción de vías se detuvo en la estación llamada transparencia, en espera de que los durmientes despierten e inicien obras.