La Polémica | A 10 días, robos y saqueos en ayuntamientos
El periódico Reforma publicó (26/10/14) un resumen de un estudio del GDF diciendo que los topes se cruzan con velocidades de 0 a 5 km/h y consumen 20 mililitros por tope y que los reductores de velocidad se cruzan con velocidades de 15 a 20 km/h y consumen 10 mililitros de gasolina por tope.
De acuerdo a estos datos, el GDF se propone hacernos el favor de cambiar los topes por reductores de velocidad. Estiman que hay 30 mil topes en la ciudad y que su costo es de cinco mil pesos por tope y 30 mil pesos por reductor de velocidad, es un negocio de 900 millones de pesos. Es una bicoca comparada con los fraudes de la Línea 12 y de los Hoy No Circula.
El Reforma me solicitó que investigara sobre los topes y reductores de velocidad. Calculé en 20 mililitros de gasolina lo que gasta el motor para recuperar la energía disipada en los frenos para pasar el tope, suponiendo una velocidad inicial de 60 km/h.
El valor de 10 mililitros se obtiene suponiendo una velocidad inicial de 42 km/h. Esta energía disipada NO DEPENDE DE LA FORMA DEL TOPE, se disipa antes de llegar al tope. Miente el GDF afirmando que depende de la forma del tope.
Grabando en video el cruce de coches por topes de empotrar (semiesféricos) medí velocidades de hasta 14 km/h, en topes con dos rampas encontradas medí hasta 20 km/h y en los reductores de velocidad de Ciudad Universitaria se llega hasta 22 km/h.
Este tope está en una zona con poco tráfico y permite llegar con mayor velocidad. Un reductor de velocidad tiene dos rampas y una zona plana ancha en medio. Su altura es más del doble que los topes normales y la zona ancha ayuda a que la carrocería brinque menos. Si un tope se cruza a exceso de velocidad puede proyectar al vehículo en el aire, pudiendose perder el control del mismo. Los topes de empotrar son los que golpean más fuerte a los coches, y por eso los conductores reducen más la velocidad al cruzarlos, tratando de evitar daños a su coche.
Si queremos que los topes normales se crucen con un poco de más velocidad, basta con reducir ligeramente su altura. Los topes se usan para reducir la velocidad de los coches, cuando no se puede o no se quiere convencer a los que transitan de la necesidad de pasar a baja velocidad; como frente a escuelas y hospitales.
En otros países, se utilizan semáforos con control manual, si alguien quiere pasar oprime un botón. El usar topes demuestra la falta de cultura de la población y de sus gobernantes. Los topes no se encuentran en países desarrollados, y en muy pocos de los que están en desarrollo. México tiene el campeonato mundial de topes. Tengo datos de 49 topes en un tramo de 6 kilómetros de longitud.
Los topes y los semáforos reducen la velocidad de los coches, la contaminación se incrementa cuando recuperan su velocidad. Los 20 mililitros se consumen cuando se pasa de 10 a 60 km/h, pasar de 20 a 60 km/h consume 19 mililitros. Y no es recomendable pasar un tope a más de 20 km/h.
Los semáforos mal sincronizados y los motores funcionando sin moverse son la mayor fuente de contaminación, las arterias principales deben tener semáforos sincronizados a 60 km/h.
Hace años pude ir de Coyoacán a los Indios Verdes, parando una sola vez en un semáforo. ¿Por qué se perdió la sincronización? Las computadoras actuales son mucho mejores, debe haber un responsable.
El GDF en lugar de estudiar cómo recuperar la sincronización para mejorar la velocidad promedio en la ciudad, miente con estudios tratando de convencer que los reductores de velocidad reducen la contaminación.
La mayoría de los topes sólo sirven para incrementar la contaminación, se deben eliminar colocando letreros con velocidades máximas en los horarios necesarios y cámaras que multen a los infractores. Esto cuesta mucho menos de 30 mil pesos y puede dejar ingresos.
Querer cambiarlos por otros más caros sólo demuestra la codicia de algunos funcionarios del GDF. Una muestra de su ineptitud la constituyen las avenidas grandes que tienen esquinas con tope y semáforo.
El tope no cumple ninguna función útil, consume gasolina y reduce la velocidad promedio correspondiente. Y en esta temporada de lluvias, los baches se multiplican en todas las calles de la ciudad, lo que equivale a miles de topes extras que incrementan el consumo de gasolina y la contaminación.