La Polémica | Montiel y los hilos del poder tricolor
Para comprender nuestro comportamiento y el de las personas que integran nuestra familia, es preciso echar un vistazo al proceso del ciclo vital de la misma y descubrir si crecimos dentro de una familia funcional o disfuncional. El entorno familiar en el que se desarrollan las personas influirá de manera permanente su comportamiento.
Para entender mejor lo anterior, es preciso saber primero que la funcionalidad familiar es considerada como la capacidad para enfrentar y superar cada una de las etapas del ciclo vital y las crisis por las que atraviesa.
Así pues, durante ese ciclo vital en el que mal o bien evoluciona nuestra familia, cada uno vamos adoptando una colección de valores a los cuales somos leales – consciente o inconscientemente-, porque los aprendimos en nuestra familia y como queremos seguir perteneciendo a esa familia, si no somos fieles a esos valores, sentimos que estamos traicionando a nuestro clan.
Pero cuidado, porque algunas veces estos “valores” no son las cosas que realmente queremos hacer o las que nos hacen felices, por el contrario, a veces estos “valores” están relacionados con comportamientos que nos dañan o que afectan a otros pero como los tenemos muy arraigados; o nos metemos en problemas con los demás, o les ocasionamos problemas a otros, o permitimos situaciones que nos dañan.
Lo explico mejor, había una mujer que decía que siempre sentía que la pereza era más fuerte que ella “tengo muchos planes para mi vida, muchas cosas que quiero hacer, pero por más que me esfuerzo no puedo”
Al revisar su vida se encontró con que en su familia no era una prioridad los logros de sus integrantes, sólo se preocupaban por cubrir las necesidades primarias. Por tanto no había aprendido a fijarse metas. Su autoestima parecía no estar fortalecida, ya que no aparecían experiencias de triunfo ni recuerdos de reconocimiento por algo que hubiera hecho.
Éste es sólo un ejemplo de lo que podríamos descubrir de nosotros mismos si nos tomamos el tiempo de revisar la historia de nuestra familia.
Hay personas que provienen de familias en donde no se aprendió el valor del trabajo, la importancia de tener logros profesionales, de respetar a su pareja, de cuidar a sus hijos, de amar a los demás, de amarse a sí mismos. Familias que están en constante conflicto, sin un proyecto de vida claro produciendo personas disfuncionales.
Si en tu vida diaria te das cuenta que no eres funcional, es decir que no estás bien sin estar en situaciones de conflicto o haciendo cosas que no te hagan más feliz, es hora de visitar a un profesional para revisar tu historia familiar y a partir de ti las cosas mejoren.
Hay personas que están mejor fuera de su núcleo familiar. Cambiar la historia de una familia disfuncional depende de ti.
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