Derriban a pilotos de EU sobre el Mar Rojo; se presume fuego amigo
LA HABANA, 24 de febrero de 2017.-La cuenta regresiva comenzó. Si todo marcha como está previsto, en un año el presidente Raúl Castro dejará el poder en manos de un funcionario poco conocido.
Será la primera vez en cinco décadas que un miembro de su familia no estará en la primera magistratura, lo que abre interrogantes sobre el futuro de la economía de la isla y el sistema de partido único.
Hasta ahora quien apunta a suceder a Castro, de 85 años, es el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, un ingeniero que pasó por todos los niveles de dirección del poderoso Partido Comunista de Cuba (PCC) y el gobierno y que en los últimos tiempos se mostró tan opaco que algunos comenzaron a dudar de su habilidad para lograr consensos entre los diferentes intereses y sectores de la isla, acostumbrada a los dirigentes de fuerte carisma.
«Estamos entrando en otros momentos, habrá que adaptarse y estamos pisando tierra desconocida, sin duda», dijo a The Associated Press el ex diplomático y académico cubano Carlos Alzugaray. «Pero en este año que le queda a Raúl no me cabe la menor duda de que va a trabajar en la institucionalidad, que debe convertirse en un factor importante cuando ya él no esté».
Díaz-Canel, de 57 años, asumirá uno de los dos roles que tiene el actual gobernante, el de presidente. Castro se mantendrá por lo menos hasta 2021 como primer secretario del PCC, una posición muy influyente en una sociedad donde hay una única fuerza política legal.
En los meses que le quedan Castro -y también a su sucesor- deberá centrar sus esfuerzos en mejorar la economía de una nación que por primera vez en dos décadas tuvo un año de recesión en 2016 y lograr que el modelo socialista los sobreviva en un momento de incertidumbre sobre la estrategia de Donald Trump hacia la pequeña nación caribeña luego del deshielo iniciado por su predecesor Barack Obama.
Los cubanos no están muy seguros de cómo el cambio impactará en sus vidas luego de más de cinco décadas de liderazgo de los Castro.
«Cualquiera que salga de ellos me da lo mismo… primero hay que ver si esto cambia», dijo a AP, Joan Rafael, un promotor cultural de 40 años. «Pienso que sea Díaz-Canel. Hasta ahora lo ha hecho bien».
Cuba considera que su sistema es una democracia verdaderamente participativa que surge de los barrios y permite a los ciudadanos expresar sus opiniones e influir en las acciones del gobierno. Pero los opositores sostienen que es una dictadura que reprime a la disidencia. En la realidad el modelo admite la expresión y acción social, política y vecinal, aunque dentro de los límites del sistema de partido único.
Cada dos años y medio cientos de miles de ciudadanos en todo el país eligen a sus representantes municipales. Un pequeño grupo de disidentes que se atrevieron a presentarse fueron derrotados en la primera instancia del mecanismo.
Además, cada cinco años un comité gubernamental selecciona a miles de representantes y a otros propuestos por centros de trabajo e instituciones para postularse a las Asambleas provinciales y nacional, ésta última encargada de elegir a la treintena miembros del Consejo de Estado y al presidente.
Sorpresivamente el 24 de febrero de 2013, al ser nombrado presidente por segunda vez, Castro informó que no aceptaría una reelección.
Para casi todos es un hecho que el sucesor de Castro será Díaz-Canel tanto por el lugar que ocupa en el gobierno y su membresía en el buró político del PCC como por todas las señales que se envían desde el poder, como las apariciones en la prensa oficial o las palabras de halago del mandatario.
Al acercarse la fecha del retiro de Castro, Díaz-Canel asumió un perfil cada vez más alto con visitas a los países aliados más importantes como Rusia y Venezuela. Sin embargo, en sus discursos rara vez se sale de lo programado.
Para muchos expertos en finanzas Díaz-Canel es un reformista que, aunque no dejará atrás su pasado de líder comunista, podría buscar formas de desarrollo y profundizar las medidas de apertura económica emprendidas por Raúl Castro.
Con información de AP