Ayuntamiento de Metepec paga daños a vehículos que caen en baches
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de abril de 2017.- Descansaba en un elegante hotel de Panajachel, municipio turístico en Guatemala. Vestía un chaleco negro sobre una camisa en color gris azulado y un fleco de su cabello le caía en la frente. Minutos después de esa noche del sábado 15 de abril, Javier Duarte era detenido, tras casi seis meses prófugo de la justicia mexicana.
Este domingo, el ex gobernador de Veracruz cumplió una semana recluido en el centro de detención preventiva Matamoros, en ese país centroamericano, luego de que fue detenido por policías guatemaltecos.
En ese momento, Duarte de Ochoa, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, salió escoltado rumbo a un juzgado. Llevaba sus manos atrás, iba serio y con el rostro apuntado por las cámaras que documentaban una de las capturas más esperadas desde finales de 2016.
Una semana antes, la noticia de la detención en Italia del ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, hacía eco en las esferas políticas por la cercanía de los comicios electorales donde se disputan gubernaturas.
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