Muere niña tras ser arrollada por camión público en Toluca; su madre lesionada
CDMX, 4 de julio de 2017.- Homero Aridjis expresó en voz alta y ante un micrófono lo que ya se había escuchado en los pasillos de Bellas Artes y en las redes sociales: la muerte del artista plástico José Luis Cuevas es un misterio, con tintes de secuestro. El poeta reprochó que los últimos años de Cuevas parecieron un secuestro y lo comparó con el de la escritora y coreógrafa Nellie Campobello, secuestrada durante años, quien falleció sin que se esclareciera el caso. Aridjis recordó que vio hace unos años a su amigo Cuevas en el restaurante El Cardenal y lo notó extraviado. “Ya no era José Luis, estaba como ido, extraviado, la mirada perdida, se exaltaba, no reconocía, eso fue hace unos años; dejé de buscarlo porque ya no era él”. Por ello, durante su discurso lo comparó con Carlota, la emperatriz esposa de Maximiliano, quien acabó sus días loca y de quien se decía había terminado así porque le habían dado toloache. “Fue muy extraño, los últimos años fueron patéticos de una mente brillante con sentido del humor y de amistad, se desvaneció”. Dijo que mantenía contacto con las hijas de Cuevas, quienes le decían que ellas tampoco podían verlo, luego de que el pintor les dio la espalda en apoyo a su nueva esposa, la ahora viuda Beatriz del Carmen Bazán. “A su hija Mariana lo que más le duele es que desde hace años no pudo verlo, ni en la puerta ni en la ventana, entonces para las hijas fue duro”, añadió a medios de comunicación. Aridjis, cuyo discurso no estaba previsto en el homenaje y quien fue uno de los últimos en llegar, remató preguntándose por que el cuerpo fue incinerado apenas unas horas después de que se informó de su muerte. “Vine a ver el cuerpo presente de José Luis y me toca como ironía que vengo a ver las cenizas, ¿dónde está José Luis Cuevas?”, preguntó. Ante reporteros dijo que nunca había visto algo similar y recordó que él acudió a los homenajes del actor Pedro Armendáriz, el pintor Rufino Tamayo y el novelista Gabriel García Márquez, entre otros. “¿Por qué [lo incineraron], le cortaron una pierna, se puso azul, por qué nos entregan cenizas? Es para mí un misterio por qué se entregan cenizas y no un cuerpo”, remarcó su pregunta. Cuestionado sobre si debería investigarse, respondió que sí. “Es un caso de secuestro intelectual, es muy anómalo, muy anormal”, concluyó.