Derriban a pilotos de EU sobre el Mar Rojo; se presume fuego amigo
KENTUCKY, EU, 25 de julio de 2017.- Cuando llamó a su prometida el domingo desde la cárcel a más de mil 600 kilómetros (mil millas) de distancia, el conductor del camión tuvo unos pocos minutos para relatar los sucesos que llevaron a que se le acusase de un delito que podría conllevar la pena de muerte.
Darnisha Rose dijo que James Metthew Bradley Jr., a quien describió como una persona generosa, le aseguró que no tenía idea de la cantidad de gente –unas 90 personas, si no más– que había en su remolque y se turnaba para respirar a través de un agujero en la pared bajo el insoportable calor de Texas. Diez de los migrantes adentro del camión fallecieron, informó The Associated Press.
Bradley, un diabético de 60 años con antecedentes policiales, incluida una condena por violación doméstica, le dijo a Rose que paró en una tienda de Walmart en San Antonio y fue a un baño. Cuando regresó vio que el camión se sacudía. Indicó que antes no había notado nada anormal, por más que los migrantes hayan dicho a la policía que golpeaban desesperadamente las paredes.
Bradley abrió entonces las puertas. “Dijo que vio la gente tirada por todos lados”, relató Rose el lunes desde su casa en Louisville, Kentucky. “Que no sabía qué hacer, adónde ir. Estaba llorando, destrozado. Asustado. Se le notaba en la voz”.
Documentos legales dicen que Bradley no llamó a la policía tras descubrir lo que sucedía con los migrantes del remolque, a pesar de que al menos uno estaba muerto y otros tan graves que tuvieron que ser hospitalizados, deshidratados e insolados.
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