Rinde protesta Pablo Lemus como gobernador de Jalisco
TOLUCA, Edomex., 18 de septiembre de 2017.- La muerte de María Fernanda -presuntamente a manos de un chofer de Cabify- está dando la vuelta al mundo. De nuevo la inseguridad en México es la nota. Una marcha se llevó a cabo en punto de las 12:00 horas en Puebla en el Campus Central de la Universidad Popular Autónoma, replicando lo sucedido ayer en CDMX, Guadalajara y Veracruz que este domingo recordaron a la joven.
La madre de Mara declaró que no sólo tuvo que vivir el dolor de la desaparición de su hija, también tuvo que soportar el poco tacto de las autoridades, «que le cerraban la puerta» y sumar a su calvario largas esperas, trámites burocráticos para que se le diera seguimiento a su denuncia.
¿Qué puede pedir la madre de una joven que en un parpadeo vio truncada la vida de su hija? Hay una familia destrozada, una historia que tiene en vilo a la opinión pública y en jaque a una empresa -que es el menor de los temas.
La madre de Mara pidió en primera instancia dar con el paradero de su hija, desafortunadamente la encontró sin vida.
Esa misma madre pide, ya no justicia a las autoridades, pero sí que hagan su trabajo, y obsequien en su trato dignidad a los familiares que viven tragedias como la suya que no es lejana, y no es aislada. Los feminicidios en México continúan.
Los números son alarmantes, 66 por ciento de mujeres mexicanas han sufrido violencia. Y a pesar de pedir, exigir, y desear ni una más; las mujeres siguen siendo violentadas, desaparecidas, asesinadas y las familias destruidas.
Las excusas de autoridades y las condolencias de Cabify no devolverán a Mara.
Ayer Mara, ¿Y mañana?…