Libros de ayer y hoy
Lo que no dice la Comisión Nacional de Derechos Humanos respecto a los hechos de Nochixtlán, ocurridos el 19 de junio del año pasado, es que los policías fueron emboscados y agredidos por maestros de la Sección 22 y pobladores cuando levantaban un bloqueo en la carretera.
La recomendación de la CNDH es puntual al acusar a la policía estatal y a la federal de haber cometido graves violaciones a las garantías de los maestros por el “uso excesivo de la fuerza”.
De la estatal, sí. Ellos dispararon y mataron a cuatro pobladores que participaron en la refriega que se desató a partir del ataque artero contra los uniformados.
Pero doce policías federales, que iban desarmados, resultaron con heridas graves que los inhabilitan de por vida.
Perdieron brazos, piernas, dedos y sufrieron mutilaciones en otras partes del cuerpo que por respeto a las víctimas no se han dado a conocer públicamente.
Ahí tenemos a doce servidores públicos que quedaron incapacitados para siempre por la acción violenta de los “maestros” de la Sección 22 de la CNTE, que emplearon pistolas, cohetones y machetes para agredirlos.
Esos 12 policías federales estaban desarmados. Sólo llevaban escudo y uniforme, y pertenecían al Grupo de Restablecimiento del Orden Público.
A estos servidores de la sociedad no se les debería dar una recomendación por un falso uso excesivo de la fuerza, sino una condecoración por valor y mérito.
Habría que pagarles el sueldo de por vida. Fueron los agredidos. Los mutilaron en cumplimiento de su deber para salvaguardar a la sociedad contra una turba de vándalos.
A ellos les ordenaron abrir la carretera que comunica Oaxaca con la Ciudad de México, que se hallaba bloqueada desde hace varios días. Llegaron en apoyo de la policía local y fueron agredidos por asalto.
La CNDH es una gran institución y está muy bien conducida por un jurista valiente y ejemplar, Luis Raúl González Pérez. Sin embargo debe ponerse, también, en los zapatos de los agredidos cuando estos pertenecen a los organismos de defensa de la sociedad.
Luego de la emboscada a balazos, machetazos y cohetones contra los policías federales desarmados y los elementos locales, llegó otro contingente de federales, estos sí, armados. En lugar de apaciguarse, los maestros incrementaron su agresión.
En total hubo 90 policías federales heridos. A varios los rociaron con gasolina.
¿Qué se hace en esos casos?
Bueno, la semana pasada la Policía Federal dio a conocer un protocolo sobre uso de la fuerza y ya tienen reglas específicas para actuar.
Pero en el momento de la refriega, cuando los policías desarmados son emboscados, mutilados a machetazos, puñaladas y balazos, la reacción no puede juzgarse de manera tan lapidaria desde una oficina en la Ciudad de México.
Algunos de los policías locales dispararon. Habría que estar en el lugar de la refriega para decidir qué hacer, cuando se es la autoridad y es emboscado a tiros y machetazos.
“El que los fierros agarra, a los fierros se atiene”, decía el general Villa. Y en este caso los maestros de la CNTE que dispararon y asaltaron a los policías federales debieron calibrar una reacción con fuerza cuando menos similar.
Y del lado de los federales tenemos que lamentar que 12 de ellos, de condición tan o más modesta que los profesores de la 22, hayan quedado mutilados de por vida por servir a la sociedad.
Precisión: El viernes publiqué que miembros o ex miembros de Nxivm habían cometido atrocidades con mujeres, descritas por The New York Times. Sin embargo, eso es algo que el diario aún no demuestra. Algunas personas lo acusan de eso. Pero sólo hemos escuchado una parte de la historia y el mismo artículo dice que las autoridades no vieron, en primera instancia, algo que perseguir. Eso puede cambiar, pero aún no ha quedado demostrado.