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Abro hilo/El abogado y el diablo
Para subsanar el hueco, gobierno de derecha podría optar por más impuestos; gravar alimentos y medicinas, entre los riesgos
Que 2018 sea de abundancia para ustedes, amig@s de Quadratín!
A finales de 2017 Estados Unidos de Norteamérica aprobó su reforma tributaria más importante en los últimos 30 años, con potencial para destrozar la economía mexicana al restar atractivo a nuestra nación como destino de inversión y ensombrecer el ya de por sí nublado panorama del país para 2018.
La reforma Tax Cuts and Jobs Act recorta los impuestos de las empresas y personas físicas con mayores ingresos e implica una desgravación fiscal mixta y temporal para los contribuyentes de la clase media.
Entre los principales beneficios a personas morales, disminuye el impuesto corporativo de 35 a 21%; ofrece exención fiscal de 20% sobre utilidades; y exenta los dividendos de subsidiarias extranjeras (multinacionales).
También apunta a la repatriación de capitales con impuestos especiales sobre utilidades mantenidas al exterior, que se gravarán a una tasa de 15% si se mantienen en efectivo y 8% si se mantienen invertidos en otros activos.
Para las personas físicas, los beneficios son raquíticos: amplía el piso de la deducción de gastos médicos a 7.5 del ingreso bruto en 2017 o 2018; y duplica el crédito tributario por hijos a 2 mil dólares desde 2018 y hasta 2025.
Las familias con niños se beneficiarán de una deducción de 12 mil dólares para solteros (actualmente de 6 mil 350 dólares) y de hasta 24 mil dólares (actualmente 12 mil 700) para matrimonios.
Se podrá retirar hasta 10 mil dólares de las cuentas de ahorro personales para la Universidad con la finalidad de financiar la matrícula de un niño de primaria o secundaria privada, sin gravamen.
No obstante, las personas físicas también resultan castigadas porque la reforma limita la deducción individual de los impuestos estatales y locales sobre la renta a 10 mil dólares desde 2018 y hasta 2025.
Además, reduce la deducción de los intereses pagados por las personas que cuentan con préstamos de garantía hipotecaria por hipotecas de hasta 750 mil dólares desde 2018 y hasta 2025.
Según The Wall Street Journal, con los cambios alrededor de 48% de los hogares recibirá un recorte en impuestos de más de 500 dólares en 2019, pero buena parte son en beneficio de los hogares con mayores ingresos.
Los hogares que ganan entre 20 y 100 mil dólares al año -la mitad de todos los contribuyentes- obtendrán aproximadamente 23 por ciento de los recortes de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en 2019, mientras el uno por ciento más adinerado, que gana al menos 500 mil dólares anuales, recibirá alrededor de 23 por ciento de los decrementos en impuestos para individuos.
El recorte tributario costará 1.5 billones de dólares, financiado con deuda, pero atraerá inversiones por más de 4 billones de dólares (Standard and Poor´s calcula que las empresas estadounidenses tienen cerca de un billón de dólares en efectivo fuera de su país) y, eventualmente, generará más empleos e incentivará la repatriación de capitales.
Dada la cercanía económica con nuestro país, esas medidas restarán a México, de un día para otro, atractivo como destino de inversión para las grandes compañías multinacionales, por lo que urgen medidas inmediatas para afrontar la posible fuga de capitales e inversión.
¿Habrá que recortar acá también el Impuesto Sobre la Renta de las personas morales (bajar la actual tasa de 30 por ciento a 21 por ciento como USA) y ajustar a las personas físicas con los ingresos más altos, pues algunas de ellas, las más adineradas, también podrían optar por cambiar de país?
El enorme hoyo fiscal que en México genere la reforma tendrá que ser compensado con nuevas contribuciones o el aumento de las ya existentes. Lo más sencillo para el gobierno de la derecha es eliminar la tasa cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre alimentos y medicinas.
El monto; sin embargo, no será suficiente; también podría aumentar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en rubros con grandes ingresos (cervezas, refrescos, cigarros, seguros, etc.), en lugar de un verdadero redireccionamiento del gasto público de la Federación, las entidades federativas y municipios; el gobierno austero y el empleo de excedentes (subestimaciones) que ronda, en promedio, en 500 mil millones de pesos anuales.
Mal terminó 2017, pero peor comienza 2018. ¿Qué pasará si la renegociación del TLCAN termina tan mal como empezó? Resulta trágico que los priístas hayan regresado al poder con un halo -a diferencia de los panistas que sí sabían cómo manejar el país- de ser peores negociadores.