
Toluca en los primeros cuatro
PYEONGCHANG, Corea del Sur, 9 de febrero de 2018.- Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 han comenzado, este viernes, en PyeongChang con una ceremonia de apertura cuya temática gira en torno a la paz y el futuro.
La ceremonia de dos horas fue resaltada por una inusual marcha conjunta de atletas de las dos Coreas.
La ceremonia de apertura de los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur se llevó a cabo en el Estadio Olímpico de PyeongChang, de 35 mil asientos, celebrando las características coreanas tradicionales y modernas de armonía y convergencia, y enfatizando el deseo por la paz del pueblo coreano.
Organizada bajo el lema «Pasión, Conectados» (Passion, Connected), los JJ. OO. de PyeongChang 2018, que tendrán lugar hasta el 25 de febrero, serán las olimpiadas más grandes de la historia, con 2 mil 920 atletas de 92 naciones participantes. También se otorgarán un récord de 102 medallas de oro en 12 sedes de PyeongChang y sus ciudades vecinas de Gangneung y Jeongseon.
La ceremonia, creada por el director ejecutivo Song Seung-whan, estuvo protagonizada por cinco niños actores, todos residentes de la provincia de Gangwon, donde se encuentra la comarca de PyeongChang. El número cinco proviene de los cinco anillos olímpicos, y los colores de los trajes de los niños simbolizaron cinco elementos: fuego, agua, madera, metal y tierra.
La ceremonia siguió a los niños mientras se embarcaban en un viaje en el tiempo en busca de la paz. Las actuaciones se detuvieron momentáneamente cuando la «Taegeukgi», la bandera nacional de Corea del Sur fue llevada adentro del estadio por ocho atletas locales, junto con varios miembros de la tradicional guardia de honor, una banda de marcha de la realeza y un coro de niños.
Le siguió el desfile de atletas, con atletas de 92 países entrando al estadio principal. Según la tradición, el orden del desfile se determinó en el orden del alfabeto de la nación anfitriona, o «hangeul» en coreano.
Grecia, la cuna de las olimpiadas modernas, fue la primera nación en entrar. Corea del Sur fue la última en aparecer, junto con Corea del Norte, en un desfile histórico.
La misma fue la cuarta marcha conjunta de las dos Coreas en unos juegos olímpicos, pero la primera en suelo surcoreano. Corea del Norte acordó enviar a sus atletas al Sur recién a principios de enero, y tras un torbellino de diálogos, las dos Coreas acordaron los términos de su marcha conjunta el 17 de enero.
El Comité Olímpico Internacional (COI) aprobó este acuerdo tres días después.
El piloto de «bobsleigh» de Corea del Sur, Won Yun-jong, y la jugadora de «hockey» femenino de Corea del Norte, Hwang Chung-gum, portaron la bandera de «Unificación Coreana», que muestra a la península coreana en azul sobre un fondo blanco.
La bandera ha sido durante mucho tiempo el símbolo de una Corea unificada, y los atletas y representantes de los dos países la agitaron al unísono cuando se unieron a otros compañeros olímpicos en el estadio.
Corea del Sur tiene 144 atletas, su mayor delegación en la historia de las olimpiadas invernales, y Corea del Norte envió a 22 atletas, también su récord para el evento invernal.
Corea del Sur aspira a ganar, al menos, ocho medallas de oro para establecer su récord en unas olimpiadas de invierno y terminar entre los cuatro primeros del medallero por primera vez.
La ceremonia continuó destacando el ascenso de Corea del Sur a la prominencia desde su tumultuosa historia, y celebrando la destreza del país en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Después, Lee Hee-beom, presidente del comité organizador de PyeongChang, y Thomas Bach, presidente del COI, subieron al escenario para dar sus respectivos discursos. Al final, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, declaró oficialmente la apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang.
Al final de su viaje en el tiempo, los cinco niños levantaron velas y liberaron palomas con el deseo de la paz.
Después, ocho atletas surcoreanos de deportes de invierno portaron la bandera olímpica, con los cinco anillos olímpicos, mientras sonaba el himno de las olimpiadas.
Entonces, PyeongChang desveló su pebetero de porcelana blanca en forma de luna.
Diseñado por el surcoreano Kim Yeong-se, el pebetero olímpico para PyeongChang 2018 estuvo inspirado por los jarrones de porcelana blanca de la dinastía Joseon, tomando la forma redonda de la luna llena.
El diseño del pebetero también fue un guiño a la sociedad agrícola tradicional de Corea, en donde la luna es un símbolo de abundancia y prosperidad. También fue construido como un recordatorio de que el verdadero espíritu olímpico no trata de competición y victoria, sino de paz y armonía.
Y la presencia de las dos Coreas con el mismo uniforme detrás de una misma bandera describió adecuadamente el espíritu de la noche.