Firma Sheinbaum decreto para fortalecer industria textil con aranceles
Los mesmos
Sí, los mesmos. Los senadores y diputados mexiquenses plurinominales (es decir, que no se mancharán su blanco plumaje en una elección), son los mismos de siempre. Ese nuevo PRI que tanto pregonó el presidente Peña, y que se reveló así mismo como de lo peorcito, encabezado por los Duarte o el ex gordito Borge, nomás no terminó nunca de cuajar, y sigue recurriendo a los mismos actores, pero con diferente hueso.
En el Senado, ahí estará, pese a todas las explicaciones que nos debe a los mexiquenses sobre el uso del dinero público, el inexplicable enriquecimiento de su persona y sus cercanos, la corrupción rampante en su sexenio y el desastre financiero que dejó en la entidad, Eruviel Ávila. El mismo que quiso ser presidente de México, pero no lo dejaron.
A la Cámara baja llegan Luis Miranda, cercano colaborador y amigo del presidente Peña, y Ana Lilia Herrera, hoy senadora. Ernesto Nemer, el líder del PRI mexiquense, Laura Barrera, actual directora del DIF, y algunos más que, desde hace muchos años, no sueltan la mamila de la leche pública.
Ellos serán nuestros representantes en el Congreso de la Unión. Quizá el 80 o 90 por ciento de la población, poco representada podría sentirse con estas figuras, pero el hueso es el hueso, y ante eso, la representación pasa a segundo término.
Amiguitos
Los que resultaron más amiguitos que niños de primaria en el mismo salón y en la misma banca fueron los líderes del PT en el Estado de México (Bueno, el único Óscar González -salucita de la buena-) y el gobierno mexiquense. Y es que la semana pasada, el simpático líder, se la pasó levantándole la mano a varios líderes ex priístas que se unirán a SU partido, sin que haya apoyo de Morena, con el que tiene un acuerdo nacional, que Oscarito se ha pasado por debajo de las botellas de Garañona. Para redondear la faena, el Gobierno de la entidad empujó en el Tribunal el fin de la alianza del PT y Morena, con lo que amor con amor se paga. González regresará a dormirse a su curul en San Lázaro, y el gobierno desactiva el peligro Peje, que tanto miedo ha causado en la entidad.