Balazos en el pie
Cambio de régimen humanizado y mayor participación social: nuestra propuesta en 1er. debate presidencial.
Les deseo una productiva semana, amig@s de Quadratín!
Este domingo se realizó el primer debate presidencial; se discutieron Política y Gobierno, divididos en Seguridad Pública y Violencia; Combate a la Corrupción e Impunidad; y Democracia, Pluralismo y Grupos Vulnerables.
Estos temas son tan vastos y complejos que el ejercicio de ayer apenas nos da una idea muy general de las diferentes posturas y propuestas de los candidatos.
El proceso electoral es, sin duda, el más complejo en la historia de México. Se renovarán la Presidencia de la República y la integración total del Congreso de la Unión, 8 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, así como sus 16 alcaldías y concejales en cada una de ellas; más de 900 diputaciones locales a nivel nacional; así como mil 596 presidencias municipales.
La sociedad está decepcionada por la ominosa corrupción e inseguridad generada durante el gobierno priísta.
Por ello, el desempeño de José Antonio Meade resultó anticlimático; nadie cree que sea un candidato independiente del PRI y del Presidente, y mucho menos que vaya a atacar de fondo el grave problema de la corrupción y el narcotráfico; la solución debe aplicarse desde la Unidad de Inteligencia Financiera y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que dependen de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), esa misma que estuvo a su cargo en este y el pasado sexenio, sin que haya hecho o propuesto nada al respecto.
Por su parte, el candidato de Morena (ya saben quién) resultó una verdadera decepción. Al ser el puntero en las encuestas fue centro de los ataques de los demás candidatos; sin embargo, no se preparó para ello y se dedicó a dar respuestas ambiguas, sin comprometerse a nada y sin proponer nada, apostando todo al hartazgo de los mexicanos.
De otra parte, los supuestos candidatos independientes se dedicaron a servir de esquiroles del gobierno priísta para atacar a los punteros.
En la coalición Por México al Frente consideramos que la baja confianza en los partidos políticos y los legisladores y, en general, en las instituciones públicas, así como el consecuente debilitamiento del tejido social, son fenómenos consecuencia de una pésima administración de los problemas sociales, y subrayan la necesidad de impulsar un cambio en todos los órdenes.
La democracia requiere de un estado de derecho plenamente vigente. El incumplimiento de las leyes y la incapacidad de hacerlas valer constituye la ruptura de un pacto social fundamental que debe existir entre la ciudadanía y el Gobierno. Así, la administración pública traicionó la confianza ciudadana dejándonos en manos de la delincuencia y dedicándose a la corrupción.
La disolución paulatina del pacto social se ha venido agravando, cada vez más, ante condiciones de inseguridad que dificultan la exigencia de justicia y deterioran las libertades de los individuos. La cultura de la ilegalidad tiende a reproducirse porque aumentan las arbitrariedades y la corrupción por parte del gobierno, lo que se convierte en un círculo vicioso en el que la poca credibilidad en las autoridades genera incentivos para evadir las leyes o tomar la justicia por mano propia.
La insatisfacción con nuestra democracia está altamente correlacionada con la desaprobación del gobierno de Peña Nieto. Para construir un Estado de derecho sólido es necesario crear garantías básicas de seguridad y justicia, así como promover que el aprecio por la ley forme parte de la cultura cívica.
Además, existe una gran concentración del ingreso, lo que se traduce en importantes niveles de desigualdad que afectan el grado de bienestar de la población.
Luego entonces, la cuestión del desencanto con la democracia, con los partidos y con los políticos es en realidad el descontento con el modelo de desarrollo económico priísta.
En la coalición Por México al Frente pensamos que la democracia no es suficiente para abatir la pobreza y el subdesarrollo, y traer mayores oportunidades y mejores servicios para todos.
Esto no ha sido porque en nuestro país no se ha democratizado la riqueza, la desigualdad es cada vez mayor y la mala distribución de la riqueza se ha recrudecido. Porque las oportunidades cada vez son menos y el gobierno ha abandonado a los ciudadanos a su suerte.
Otra parte de la ecuación, es la falta de participación ciudadana; los ciudadanos ya no confían ni creen en nada ni en nadie.
Tenemos supuestos candidatos independientes que no tienen nada de ello. Lo que requerimos son más organizaciones de la sociedad civil, más organizaciones no gubernamentales y más ciudadanos comprometidos con su calle, con su colonia, con su ciudad, con su país y con el mundo; una ciudadanía más actuante.
Es por eso que en la coalición Por México al Frente consideramos necesario un cambio de régimen, mediante una mayor participación de la ciudadanía, opinando, incidiendo y decidiendo.
Debemos aspirar a generar un cambio en el paradigma: más seguridad y cero impunidad; un modelo económico más humano, que privilegie el empleo, los salarios bien remunerados, seguridad social y educación para todos; y un nuevo ciudadano que no sólo partícipe cuando haya elecciones, sino que se convierta en un defensor del reconocimiento, ejercicio y la protección de sus derechos, libertades e igualdad; que comprenda y practique sus responsabilidades democráticas, que sea un vigilante de la actuación de sus representantes, que exija cuentas de los órganos de gobierno y que en su vida diaria ponga en práctica la tolerancia, la pluralidad, el respeto, la igualdad, la libertad, la justicia y la participación.