Cae presunto coautor de feminicidio de la abogada Oralia Pérez Garduño
TOLUCA, Edomex., 5 de junio de 2018.- Suman miles las personas que a diario circulan alrededor de la plaza central de Toluca, o bien la cruzan a pie para dirigirse a sus actividades cotidianas; la gran mayoría desconoce los hechos históricos allí ocurridos.
El nombre oficial de este espacio es Plaza de los Mártires, y debe su nombre al fusilamiento de un grupo de prisioneros insurgentes, ordenado por el oficial realista Rosendo Porlier, quien gracias a la llegada de refuerzos consiguió triunfar en la batalla del Cerro del Calvario, el único hecho de armas ocurrido en esta ciudad durante la Guerra de Independencia.
En 1811, comandaba las huestes insurgentes José María Oviedo, quien se había impuesto en Tenango del Valle a los realistas al mando del brigadier Porlier, un criollo peruano que ha pasado a la historia con fama de sanguinario. Al no estar dispuesto a perder el control del valle, pidió refuerzos mientras los insurgentes se parapetaron en el Cerro del Calvario, hoy Parque Matlatzincas.
El 18 de octubre de ese año con los refuerzos solicitados Porlier pudo ganar a los insurgentes que se encontraban en desventaja numérica, de armamento y tomó numerosos prisioneros. Algunos cronistas hablan de 70 y otros de 100. Distintos cronistas consignan que los hizo formar de cinco en cinco para ser pasados por las armas, aunque al último le perdonó la vida y le dijo que fuera a contar a los demás lo que les pasaría si insistían en sus ideales de independencia.
Esta es la historia a la que esta plaza debe su nombre, aunque también se denominó en diversas épocas Plaza Mayor, Plaza de Armas, Plaza Principal, Plaza Hidalgo y Jardín de los Mártires. Consumada la independencia, se colocaron los monumentos a Hidalgo y Morelos.
Los edificios públicos que hoy existen alrededor de este espacio, datan de la época colonial, el Palacio Municipal y el Palacio de Gobierno, este último ocupado en la actualidad por el Poder Judicial; ambos edificios fueron obra del arquitecto Ramón Rodríguez Arangoiti.
En 1967, durante la gubernatura de Juan Fernández Albarrán, se llevó a cabo la construcción del actual Palacio de Gobierno del Estado de México, que ocupa el lado norte de la Plaza de los Mártires, para lo cual fueron derribados varios edificios, entre ellos los del Archivo Histórico y la Biblioteca.
Luego de la demolición de la casa de los Barbabosa en el lado oriente del Jardín de los Mártires, se había levantado el edificio que ahora ocupa la Cámara de Diputados. Fue en ese tiempo cuando para dar armonía a la plaza, se colocó tezontle y cantera en las fachadas del Palacio de Justicia y el Palacio Municipal.
En cuanto a la Catedral de Toluca, se erigió en los terrenos que ocupaba el Convento Franciscano de La Asunción, que para el año 1867 presentaba un importante deterioro, por lo que se decidió demolerlo e iniciar la construcción de un templo de estilo neoclásico, con base en los planos de Rodríguez Arangoiti.
En la actualidad la plaza está constituida por una amplia plancha rectangular de concreto con jardineras y fuentes en los extremos, un asta monumental en el centro y el emblemático monumento a Miguel Hidalgo, extraordinaria escultura realizada por el artista italiano Augusto Rivalta.
Nuestra Plaza de los Mártires de Toluca constituye el corazón del bien llamado Centro Histórico, al haber sido –y seguir siendo- escenario del devenir histórico de una comunidad laboriosa y comprometida con el progreso, sobre la base de una identidad bien definida.