Exige Iglesia investigar caso del niño acólito abusado en Cancún

CANCÚN, QRoo, 25 de agosto de 2018.- El vocero de la Prelatura Cancún-Chetumal, Luis Octavio Jacobo Cortés, afirmó que la Iglesia Católica de Quintana Roo es la primera en exigir una investigación a fondo respecto del presunto abuso sexual que cometió un coordinador de acólitos laico en contra de un menor de 13 años de edad y, si es el caso, demandó a las autoridades llegar al fondo para que se haga justicia.

Al hablar a nombre del Obispo, que se encuentra en unas diligencias fuera de la ciudad, el vocero de la Prelatura Cancún-Chetumal dijo a Quadratín Quintana Roo, que el coordinador de acólitos Daniel N. es una persona laica que no es sacerdote y quien llevaba cuatro años realizando esa labor en Cancún hasta que desapareció, sin que alguien les notificara antes de alguna actitud sospechosa en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada entre Ruta 4 y Ruta 5, en la Región 94 de Cancún. Precisó que la Iglesia Católica en la entidad está en la mejor disposición de apoyar al menor agredido y a su familia y agregó que en ningún momento se han negado a atender a la madre que hasta ahora no se ha acercado para platicar del hecho con ellos.

“La Iglesia Católica no está escondiendo al presunto abusador ni tampoco le paga un sueldo, estamos en la mejor disposición de que la situación se investigue y se aclare, porque los presuntos hechos no ocurrieron en el templo, según dice la mamá a los medios, pasaron en casa de ese señor y como se sabe, las actividades de la Iglesia siempre se realizan en la Iglesia, no en casas de los laicos”, explicó.

La señora M. del R. C. presentó el 10 de junio pasado ante la Dirección de los Juzgados Cívicos Municipales una demanda contra Daniel N., quien se desempeñaba como coordinador de acólitos de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, por haber abusado sexualmente de su hijo, Enrique N., de 13 años de edad. La madre del menor dijo que el Obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas se había negado a recibirla. Señaló que en marzo pasado, Daniel N. citó a su hijo en su casa para explicarle lo que era el misal romano y cuando regresó el menor se encontraba llorando, pero no quiso decirle nada.

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