Ricardo Anaya, nuevo coordinador de senadores
ECATEPEC, Edomex., 31 de enero de 2025.- La falta de infraestructura, recursos económicos y personal capacitado complica la posibilidad de atender de una manera digna a miles de migrantes deportados, afirmó el sacerdote Juan Luis Carbajal Tejeda, director de la casa del migrante en Ecatepec.
Advirtió que la presión ejercida por Estados Unidos para recibir a deportados, bajo amenaza de subir aranceles, ha agravado la situación en el país. Sin embargo, aseguró que México carece de la preparación necesaria para afrontar este desafío.
Comar no tiene estructura ni personal
“No tenemos la capacidad instalada, ni un fondo de emergencia para migrantes y refugiados. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) no cuenta con la estructura, el personal ni el presupuesto adecuado para atender esta problemática”, señaló.
Los albergues para migrantes en el Valle de México ya se encuentran saturados, y se espera que la situación empeore en las próximas semanas, dejando a muchas personas sin un lugar donde dormir. Según expertos, las políticas actuales no garantizan atención digna, ya que la falta de recursos obliga a muchas instituciones a recibir a los deportados en condiciones precarias.
No se trata de amonotonarlos
“No se trata solo de recibirlos y amontonarlos en albergues masivos. Estas personas no son paquetes ni cajas de tomate; requieren atención integral, un plato de comida, un techo digno y la posibilidad de continuar su camino”, destacó Carbajal Tejeda.
El gobierno federal ha prometido crear albergues temporales, pero hasta ahora estos espacios no han sido suficientes ni adecuados para enfrentar el flujo masivo de personas deportadas. Según las organizaciones de apoyo, la saturación actual es solo un indicador de un problema que seguirá creciendo si no se toman medidas inmediatas.
Hay un vacío en las políticas públicas
Líderes comunitarios señalaron que la situación se agrava no solo para migrantes extranjeros, sino también para mexicanos deportados que regresan a su país en condiciones de vulnerabilidad. La falta de apoyo para que puedan reinsertarse en sus comunidades o alcanzar sus destinos finales refleja un vacío en las políticas públicas.
Mientras tanto, los albergues existentes hacen un llamado urgente al gobierno estatal y federal para que destinen más recursos y generen estrategias de atención humanitaria. “Es fundamental dejar de tratar este problema como algo momentáneo y reconocer que se trata de una crisis humanitaria que requiere una solución estructural”, concluyó el sacerdote.