
El gozo por la lectura: Lecciones de Maquiavelo
La maestra está más enfocada en leer las señales provenientes del rancho chiapaneco o en no bloquear al heredero del legado que en hacer gobierno.
Reitero, no por ser mala persona, sino que en el instructivo no venía el cómo dar los primeros pasos solita, sin el apapacho del ex.
Pero seamos justos, si el piloto (¿pilota?) no se enfoca en el timón, pues para eso está el copiloto ¿o no?, caray, hasta los microbuses traen su chofer y su debido “cacharpo”, quienes gritan a todo pulmón: súbale, súbale, en señal de que van avanzando, lo que suena hasta quijotesco.
Valga el ejemplo para llamar su atención con la pregunta obligada: ¿qué hace “el copiloto” Horacio Duarte mientras cobra como Secretario de Gobierno?
Porque si algo es seguro es que el ex director de aduanas posee un papel, no digamos discreto, sino insulso, gris …y mire que eso es mucho decir en un gobierno cuya cromática es pobrísima.
Y ojalá solo fuera un asunto de ser gris y ya, mediano o grillero de cafetería, la razón de la pregunta es que en los resultados hacia los habitantes del Estado de México no se siente el trabajo de dicho ministro de asuntos interiores, su obra no cala, convirtiendo a la entidad en una suerte de bufete político, en el que todos comen, todos se sirven, todos se aprovechan de los recursos públicos, pero nadie paga la cuenta.
Recordemos que en algún momento se había lanzado una suerte de cruzada en contra de los corruptos del pasado, se montó una carpa mediática con promesas de investigación, con carpetas, folios, nombres, charales, charales y más charales …y ninguno, ya no digo en prisión, ninguno fue llamado por la fiscalía mexiquense (otro bastión de simulaciones y de utilidad gansteril, según sea el pedido).
Horacio, pues, tendría que haber empleado su ¿experiencia? y movido la piedra para que todo operara a favor de los ciudadanos…ya no como el cerebro de “grupo de acción política”, aquel que ideó junto con Higinio Martínez y la propia maestra, para diezmar a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco (2013).
Horacio que debería estar respondiendo, de frente, acerca de los datos que el INEGI ha publicó estos días sobre la percepción de inseguridad que tienen los habitantes, donde ocho de cada diez habitantes mexiquenses califican de que es muy inseguro el lugar en donde viven, encabezados por Chimalhuacán, seguido por Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Naucalpan y Toluca, estas pequeñas sucursales del infierno. Horacio debiera estar evaluando los niveles de seguridad de la entidad y proponiendo una agenda real, alcanzable, medible, justificada, que permita ver que al menos entiende algo de gobernabilidad.
Y Horacio duerme o parecería, ¿es mi cochina impresión, soy el único? que permite que todo se descomponga para llevar a la práctica el mantra de “a río revuelto, ¿ganancia de pescadores?”.
Y para fundamentar este axioma, haré la incómoda, pero necesaria comparación de lo que sucede en el Gobierno federal.
Nadie niega que en Palacio Nacional tomaron en serio eso de atacar a los cárteles de la droga, que la presidenta otorgó poderes reales a su hombre fuerte en seguridad y le dieron un rumbo diferente al combate hacia los criminales, nadie cuestiona la validez de la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, misma que ocupa su tiempo en puntos de la agenda interna, reuniéndose con colectivos de madres buscadoras y reconstruyendo el tejido del federalismo y municipalidad para ser invitados en la zona de decisión.
Por ello, no es raro que sea el gobierno de la doctora Sheimbaum la que le entre al rescate de los municipios del Estado de México más golpeados por la violencia.
Sin afán de ofender, propongo que alguien del gobierno choricero le dé una palmaditas a don Horacio para que despierte y se dé cuenta que ya no es 2018, que ese sexenio ya fue, que le toca hacer la tarea, misma que está anotada en el pizarrón de la clase 2024-2030.