
Reversionan éxitos al modo sinfónico sin perder esencia
QUERÉTARO, Qro., 8 de junio del 2025.- Laura, Alberto, Carlos y Daniel son cuatro amigos que viven en Tlalnepantla, Edomex, y son muy fans de Enrique Bunbury, lamentablemente para el concierto que dará el cantante en el Estadio GNP en la CDMX no alcanzaron boleto y su única opción era aventurarse a ir a presenciarlo al lugar más cercano y éste fue Querétaro.
Con algunos ahorros y sacrificios, estos cuatro amigos consiguieron entradas y desde muy temprano emprendieron el viaje con tal de ser de los primeros en presenciar el regreso del ex Héroe del Silencio a nuestro país después de su mal, que lo alejó de los escenarios por mucho tiempo y se pensaba que no volvería.
En su pequeño auto, y como pudieron, llegaron al Autódromo de Querétaro, sede de la primera fecha del Huracán Ambulante, nombre de la gira, e hicieron fila como cientos de personas, que desde cuatro horas del arranque, ya querían ingresar al inmueble para tener el mejor lugar a pesar del fuerte sol que azotaba.
Ya instalados en su lugar de general de pie una emocionada Laura, un feliz Alberto, un incrédulo Daniel y un nervioso Carlos ya esperaban con ansiedad al español.
Y así, a las 21 horas, las luces del inmueble se apagaron. El escenario recordaba a esos cabaret de la época de las guerras con telas rojas y dos grandes pantallas. Los músicos tomaron posición y comenzaron los primeros acordes de Otoño E Mezzo para que el público se pusiera de pie y comenzaran los gritos.
Minutos después, apareció Bunbury con un elegante traje rojo intenso y su clásico sombrero vaquero moderno. Comenzó con un recital que fue inolvidable para los amigos y las casi 12 mil personas que presenciaron el regreso del Huracán Ambulante.
Fue un concierto en el que el intérprete ibérico hizo un recorrido por lo exitoso de su repertorio, cantando rolas que hace mucho no tenía en su lista de las últimas giras; se pudo escuchar de El club de los Imposibles, De mayor, El extranjero, que fueron motivo para que los amigos de Tlane y los demás fueran por una bebida para disfrutar y recordar amores, amistades y mucho con esas canciones.
Tampoco faltaron sencillos recientes, puesto la realidad es que, en esta gira, Enrique quiere consentir a sus fans que siempre decían que no cantaba las canciones famosas.
Interesante es el momento en que Bunbury se sienta a una mesa como de fondo con una cantina con un caballito de tequila y canta El Rescate, Que tengas suertecita, Chingadas ganas de llorar y Sácame de aquí un momento, donde literal la gente saca todo por esa pareja que ya no se tiene y por quien sintieron decepción.
Fueron más de 25 rolas en las que Laura, Alberto, Charly y Daniel disfrutaron cada momento y dejaron atrás la carretera, sol, espera apretujones en la zona general y es que, sin pensarlo, estos cuatro mexiquenses fueron afortunados de ser los primeros en ver el regreso de un Bunbury que disfruta el escenario, se deja querer, dedica canciones, agradece y se entrega a su público mexicano: “el más chingon de todos”, como lo expresó.