
Se registra en Bélgica gran incendio en festival Tomorrowland
En tiempos de saturación de información, de «infodemia», nombre que resulta de la combinación de las palabras “información” y “epidemia”, que refiere la sobreabundancia de información, tanto verdadera como falsa, que circula principalmente en medios de información de todo tipo durante una crisis, conflicto político, emergencia social, o en una conferencia mañanera como las que ocurren en México día con día.
Esta avalancha de datos dificulta que las personas encuentren información confiable, hecho que puede generar confusión, ansiedad, desinformación, manipulación política y precipitación en su caso, de toma de decisiones erróneas.
Los habitantes, especialmente en aquellas ciudades expuestas a tal situación, pueden ser víctimas de peligros, e influencias negativas que conduzcan a las personas afectadas, en el menor de los casos, a tomar decisiones equivocadas y perjudiciales para ellos mimos.
Ante esta situación, particularmente en los tiempos que nos toca vivir, vale la pena reflexionar un poco acerca de lo importante que significa «pensar acerca de lo que sucede en el entorno» sobre todo, quienes vivimos en sociedades sobre- pobladas, saturadas de información.
Pensar, no es cualquier cosa. Pensar nos permite trascender el mismo instinto, el juicio, la previsión y la autoconciencia. Pensar es la más extraordinaria función biológica de nuestra naturaleza humana, en tanto que regula nuestra relación con el entorno, el tiempo y el conocimiento mismo de la realidad en la que vivimos.
En este escenario, lo cierto es que se piensa poco acerca de lo que se escucha, observa y cree saber. Pensar poco se traduce en una mínima comprensión de lo que verdaderamente ocurre. Tal situación revela dos hechos con sus respectivas consecuencias; primero, se abreva información tóxica no confiable a río revuelto, hecho que se traduce, en una peligrosa aceptación de la desinformación recibida, como si fuera verdadera. Tales eventos, proyectan entre los individuos, un creer sin conocer, con extravío de la realidad, que se traduce en «obediencia ciega» de personas tanto en lo individual como entre las multitudes, quienes por pereza mental, ausencia de pensamiento crítico o lo que es peor, renuncia a la libertad individual de pensar por si mismo, irremediablemente, pasan a ser parte, del conjunto de individuos alienados.
Ante tales circunstancias cotidianas en la vida, que conveniente sería para nuestra comunidad, “darnos cuenta” de la imperiosa necesidad de incluir en la propia vida, la práctica de lo que se conoce como “pensamiento crítico”, es decir, rescatar el espacio sagrado en la mente, que fue reservado por la naturaleza para imaginar, crear, pensar por uno mismo, ejerciendo plenamente el derecho primigenio de libertad.
Una sociedad mal informada, es caldo de cultivo para la manipulación. Luego entonces, así como los deportistas ejercitan y fortalecen los músculos de su cuerpo, los ciudadanos de conciencia activa necesitan cultivar el pensamiento crítico, como un hábito de cada día, para conversar, disentir, confrontar ideas, y sobre todo, para rechazar obedecer sin pensar.
El pensamiento crítico requiere de un cuidado esencial para para evitar que florezca el mal en territorio desierto de pensamientos. Para ejercer plenamente la libertad para pensar, creer, crear, decidir y elegir, en cada caso, siempre lo mejor será, mirar las características del entorno, con claridad.
Siempre será mejor elegir en libertad y conciencia, que reaccionar automáticamente. Un pueblo que piensa es un pueblo que ejerce con dignidad su libertad para decidir. Un pueblo que desarrolla pensamiento crítico ante su entorno es un pueblo, que no permite que nadie se atreva a invadir su mente sin su consentimiento, que no renuncie a ejercer su libertad, que no acepta creer sin ver, como tampoco obedecer a manipuladores de la verdad, solo porque otro dijo que lo hiciera.
Que no hay desabasto de medicinas. Que la educación en México es de calidad y esta libre de manipulación política. Que la democracia, la justicia y la libertad de expresión se fortalecen cada día. Que no hay corrupción ni ocultamiento de las finanzas públicas, porque la transparencia administrativa es una realidad. Que los mexicanos viven con seguridad y sin miedo. Que nuestra realidad es sana y transparente.
En tiempos de crisis como los que vivimos, cuando las presiones para el conformismo son intensas, imponiendo la perversidad de la mentira como verdad, el pensamiento crítico, se vuelve un acto de resistencia, una forma intima de lucha de quienes se niega a renunciar vivir poseídos por los demonios de la manipulación. En contra parte, esos ciudadanos de conciencia activa, deciden actuar en su entorno, despertando conciencias dormidas, generando ciudadanía activa, para así, alejados del conformismo, contribuyen al beneficio de la comunidad nacional.
@FerGarciaCuevas