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VALLE DE BRAVO, Estado de México., 1 agosto de 2025.– Los comerciantes de la zona turística de Avándaro han vuelto a sufrir los estragos de los apagones eléctricos, una situación que se ha repetido con frecuencia en los últimos meses, afectando directamente a sus ingresos y a la experiencia de los visitantes. Esta vez, el corte de luz comenzó alrededor de las 3:00 de la tarde del viernes y se prolongó por casi dos horas, justo en uno de los horarios con mayor afluencia turística.
Negocios de todos los giros, desde restaurantes y cafeterías hasta tiendas de conveniencia y abarrotes, tuvieron que cerrar momentáneamente, quedándose sin posibilidad de operar equipos, refrigeración ni cobros electrónicos. Muchos temen pérdidas económicas considerables, sobre todo en productos perecederos.
En un punto donde la economía depende en gran medida del turismo, los apagones representan una amenaza directa para la estabilidad del sector comercial. “No podemos estar con la incertidumbre de cuándo se va a ir la luz; esto nos está matando”, expresó un restaurantero afectado. “En viernes, con gente en las mesas, simplemente se fue la luz y no pudimos continuar”.
Las lluvias constantes de la temporada ya representan un reto operativo, pero al combinarse con los cortes de energía, el panorama se vuelve insostenible para muchos emprendedores. La situación empeora cuando no hay respuesta institucional inmediata y clara por parte de las autoridades municipales o de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Los afectados han comenzado a organizarse para exigir soluciones a nivel estatal, pues aseguran que las autoridades municipales han sido incapaces de intervenir de forma efectiva. Solicitan que el gobierno del Estado de México actúe como intermediario ante la CFE para evitar más interrupciones del servicio.
“Necesitamos que alguien dé la cara. No es justo que seamos quienes mantenemos el turismo de Valle de Bravo y estemos tan desprotegidos”, comentó otro comerciante.
Además de las pérdidas económicas, los apagones generan incertidumbre en los visitantes, quienes en algunos casos optan por retirarse de la zona o cancelar sus consumos al ver los negocios cerrados. Esto impacta no solo al comercio directo, sino también a la percepción del destino como confiable y bien equipado para recibir turismo de calidad. La falta de luz no solo apaga la electricidad, sino también las oportunidades de crecimiento y desarrollo económico para decenas de familias que dependen de sus negocios en Avándaro. Mientras tanto, los comerciantes esperan una respuesta concreta que no se limite a promesas, sino a soluciones reales que les permitan operar con estabilidad y confianza.