Libros de ayer y hoy
Anda por las calles, muy quitado de la pena. En el aire que respiramos. Protegido por el frío y la ausencia de vacunas que nos puedan proteger de ser una de sus víctimas. Es el AH1N1, un potente virus con orígenes mexicanos que pensábamos que se había ido, pero no, ahí anda, asesinando a inocentes personas, tanto en el Estado de México como en el interior de la República Mexicana.
Este asesino está fichado, pero no controlado ni eliminado desde su súbita aparición en el año 2009, ¿recuerdan? Entramos en pánico. No salíamos de casa y nos cubríamos la boca para no ser una de sus víctimas.
Este asesino -que se puede clasificar como serial- robó la vida a médicos, enfermeras y pacientes de diversos hospitales que, en ese entonces, no lo conocían ni sabían de su existencia.
Su presencia fue en el Distrito Federal, Estado de México y Veracruz, donde se estableció que el niño Edgar Hernández, del pueblo La Gloria, de Perote, Veracruz, fue el “niño cero”, el primer caso registrado en México, quien logró sobrevivir del virus e incluso se hizo una estatua en su honor en ese estado.
El entonces presidente de la República, Felipe Calderón, alertó a toda la población mexicana y de Estado Unidos, así como de Europa de este virus asesino que te acaba en cuestión de horas.
Pensábamos que se había ido, transformado o al menos que ya no asesinaría a más gente. Pero no, está presente y llega a nosotros cada fin de año, como regalo de Navidad para los que no sabemos cómo tratarlo o de su peligrosidad.
A finales de diciembre se habló que habían fallecido cuatro personas en los hospitales de Valle de Chalco, Ixtapaluca y Texcoco, por el AH1N1, pero las autoridades sanitarias del Estado de México siempre lo negaron, ahora sabemos que sí, el virus asesino estuvo ahí.
De acuerdo a información oficial de la Secretaría de Salud de México, sólo nueve personas han muerto por influenza en territorio mexiquense, del primero al 23 de enero, la cifra más alta se reflejó en el estado de Baja California, con 21 casos, mientras que en el Distrito Federal y Jalisco, fueron de 13 muertos, así como Hidalgo, de 12.
En total, el sector salud federal sólo reconoce la muerte de 135 personas por la influenza AH1N1, del mil 517 casos registrados hasta el 23 de enero del 2014.
¿Son creíbles estas cifras? ¿El gobierno federal dirá la verdad? Veamos, no a todas las personas que fallecen por el virus se les pone en su acta de defunción que fue a causa del AH1N1, sino que murió de pulmonía u otra complicación.
Podemos sospechar que son más casos, pero los únicos que mantienen el control de la información es el gobierno de salud federal y las secretarías respectivas en los estados de la República Mexicana.
Pero los que nos dice Pablo Kuri Morales, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en una entrevista que concedió al El Universal, que en tres o cinco semanas más, aumenten los fallecimientos por influenza.
El sector salud puso 583 unidades centinelas en los hospitales para estar alerta sobre el ataque de este asesino serial, ya que el virus “brinca” de un lado a otro y le puede caer a cualquier persona.
Y para que usted, amigo lector, esté alerta, Kuri Morales advierte que en las próximas semanas de mil 517 casos de influenza pueden pasar a más de dos mil casos y fallecimientos de los 135 que se tienen registrado hasta el 23 de enero, pasarían a más de 230.
Es bueno que usted, amigo lector, se informe de cómo se mueve este asesino serial en nuestro país para que tome sus debidas precauciones.
Pero, un dato: en los hospitales del sector salud del Estado de México se colocaron más de dos millones de vacunas contra la influenza estacional, pero sólo se han usado la mitad, debido a que no a todas las personas que llegan a solicitarlas se les coloca, únicamente a enfermos de VIH, diabéticos, ancianos, mujeres embarazadas y niños menores de cinco años, pero sobre todo se ha descuidado a la población joven de entre 18 a 45 años, que son los que están siendo más vulnerables y a los que exactamente menos vacunan.
A las personas que no reúnen estas características simplemente se les niega la vacuna. Entonces, ¿para que se guardan más de un millón de vacunas en los centros hospitalarios del Estado de México? ¿Por qué no se vacuna a toda la población mexicana para evitar más muertes?