Operativos en Quintana Roo dejan 11 detenidos y decomisos
ECATEPEC, Edomex., 3 de junio de 2014.- Un policía de la patrulla 3015 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) agredió a un automovilista y a una mujer que grababa con el celular el diálogo que sostenían por una supuesta infracción.
La acción de este uniformado, que ya tenía los documentos del conductor y expresaba que «es orden de mi jefe, de mi jefe el gobernador», fue darle un manotazo a la mujer para tirarle el celular con el que lo grababa.
Los hechos son descritos en un breve video con duración de 1:03 minutos que subió este martes a YouTube el señor Salvador Hernández.
«Es orden de mi jefe, de mi jefe el gobernador, por favor deje de grabar», pedía el uniformado cuyo rostro no se alcanza a ver en la imagen.
La mujer defendía su derecho a grabar con el celular y le dijo al oficial de la SSC que también estaba grabando la cámara de la patrulla.
El policía decía: «Yo no la pongo, la pone el gobernador». Pero el automovilistas le pedía a su acompañante que no dejara de grabar, que tenía ese derecho.
Molesto, el uniformado, insistía: «Si quieres una atención, guárdala por favor». La mujer cuestionó: “¿Una atención?».
En ese momento, el policía de la SSC le dio un manotazo para que dejara de grabar y alcanzó a decir «¡tira eso, tira!»
Enojado, le avienta los papeles al automovilista y le dice: «¡Váyase!». En ese momento se puede apreciar su rostro y cuando se sube a la patrulla.
Esto ocurrió a la medianoche del 2 de junio, sobre la avenida Central, a la altura del metro Ciudad Azteca, en dirección al Distrito Federal.
«La patrulla 3015 del Estado de México me detuvo supuestamente por invadir el carril confinado del Mexibús (en el punto donde supuestamente hice eso, se cruzan la vía del Mexibús con la de los vehículos particulares)», explica el afectado.
El oficial, agrega el automovilista, insistía que podía brindarme «una atención» pero al cuestionarlo, porque sólo mostró una hoja con «mi supuesta falta administrativa» y la amenaza de ser arrestado durante 24 horas, «me golpeó en las manos tirando mi teléfono celular y rompiéndolo».
El policía en su patrulla huyó y se refugió en una base de taxis y en la entrada del estacionamiento del hospital Fidel Velázquez, apagando las luces de su patrulla.