Lanza gobierno de Edomex cruzada contra el crimen
CHIMALHUACÁN, Edomex., 10 de marzo de 2015.- La Suprema Corté de Justicia de la Nación (SCJN) sesionará este miércoles para determinar las omisiones en las que incurrió la PGJEM en el caso de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio en Chimalhuacán, luego de cinco años de que su madre Irinea Buendía denunció que el asesino fue su propio esposo, un policía ministerial del Estado de México.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), estableció que la sentencia que dicte la Primera Sala de la SCJN será de gran importancia no sólo por ser el primer pronunciamiento que realice la corte sobre el tema, sino por ser la primera sentencia que ayude a implementar los estándares internacionales en materia de feminicidio.
Dijo que esta sentencia sentará precedente para establecer criterios para investigar las muertes violentas de mujeres y feminicidios.
En el caso de que la Primera Sala de la SCJN otorgue el amparo a Irinea Buendía, se obligará a la PGJEM a corregir la investigación del caso de Mariana Lima, en cumplimiento de los más altos estándares en materia de investigación de muertes violentas de mujeres.
Mariana Lima Buendía, cabe mencionar, tenía 29 años de edad cuando fue hallada muerta en su casa. A pesar de que Irinea Buendía, madre de Mariana, denunció ante la PGJEM antecedentes graves de violencia -entre ellos amenazas de muerte por parte del cónyuge-, la autoridad no las consideró y determinó que la muerte de Mariana fue un suicidio, aún cuando no se llevaron a cabo las diligencias mínimas que obligaban el Protocolo de Actuación en la Investigación del Delito de Homicidio desde la Perspectiva del Feminicidio.
Desde el inicio de las investigaciones en 2010, se denunciaron omisiones y negligencias graves por parte de la PGJEM, debido a que el equipo conformado por el agente del Ministerio Público y peritos, fue negligente en la búsqueda de indicios claves, además de que no protegieron la escena del crimen, no recogieron ninguna evidencia y mucho menos realizaron peritajes que fueran conclusivos para determinar si Mariana fue víctima de violencia feminicida.
En septiembre de 2011, el agente del Ministerio Público cerró el caso de Mariana al concluir que no contaba con elementos para determinar la intervención de terceras personas en la muerte de la víctima.
Esta determinación llevó a Irinea Buendía, en conjunto con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y Justicia, Derechos Humanos y Género, a presentar los recursos jurídicos necesarios para lograr que se reabriera el caso y se consideraran todas aquellas diligencias que la misma Procuraduría mexiquense había omitido desde su inicio.
En febrero de 2013, además, se solicitó a la SCJN la atracción del asunto y fue en septiembre del mismo año cuando la Primera Sala determinó ejercer la facultad de atracción por reunir los requisitos necesarios de interés y trascendencia del amparo 18/2013 del índice del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Distrito, bajo el número de expediente 554/2013.
Después de seis años de haberse emitido la sentencia de Campo Algodonero, la resolución que emita la SCJN en el caso de Mariana Lima Buendía adquiere interés y trascendencia ante un contexto grave de violencia contra las mujeres, donde las autoridades no realizan las investigaciones con perspectiva de género, además de incurrir en omisiones e irregularidades graves que llevan a la impunidad.
Al finalizar la audiencia pública, la madre de la víctima, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, así como Justicia, Derechos Humanos y Género, darán un posicionamiento sobre resolución de la SCJN.
El caso de Mariana Lima Buendía
El 28 de junio de 2010, Julio César “N”, esposo de Mariana, acudió a las oficinas del Ministerio Público en Chimalhuacán para denunciar el aparente “suicidio” de su esposa, a quien encontró colgada en su casa.
Irinea Buendía, madre de Mariana, refirió a la autoridad ministerial antecedentes y circunstancias que la hacían dudar del aparente suicidio de su hija, y sospechaba que había sido asesinada por Julio César en razón de la violencia (física, sexual y psicológica) que había sufrido durante su vida marital.
Guadalupe, hermana de Mariana, declaró que al menos en dos ocasiones su hermana le confesó que había sido violada por el esposo y que era común que la golpeara, incluso llegando a requerir atención médica, debido a las lesiones.
Irinea Buendía ha referido que el día de su muerte, Mariana llegó a su casa diciendo que había tenido una pelea con su esposo, pues él la acusaba de haberle robado dinero. Además, le comentó que iría al centro de justicia a levantar una denuncia por la violencia que sufría y que tenía la intención de separarse de su esposo. Ese día salió, alrededor del medio día, de casa de Irinea y fue la última vez que la vio con vida.