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MÉXICO, D.F., 28 de mayo de 2014.- Los «sueños dorados» de Juan, Sara y Chauk, personajes de «La Jaula de Oro», fueron los protagonistas de la 56 Ceremonia de Entrega del Ariel que organiza la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), pues la cinta fue la gran ganadora de la noche.
El filme de Diego Quemada-Díez se llevó nueve de los 14 galardones a los que aspiraba: Mejor coactuación masculina, para Rodolfo Domínguez; Mejor edición, para Paloma López y Felipe Gómez; Mejor sonido; Mejor música original, para Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman; Mejor fotografía, para María José Secco; Mejor guión original y Mejor ópera prima, para Diego Quemada-Díez; Mejor actor, para Brandon López, y el premio principal de la velada: Mejor película.
«Tratamos de desmoronar el sueño americano con esta película», expresó el realizador al recoger de manos de María Rojo el premio a Mejor película, señala el periódico Reforma.
El discurso en tzotzil de Rodolfo Domínguez, tras su triunfo por Mejor coactuación masculina, arrancó la ceremonia.
Celebrada en el Palacio de Bellas Artes, la velada inició 40 minutos después de lo estipulado, entre fallas de audio e improvisaciones de los presentadores.
Adriana Roel se coronó como Mejor actriz por su papel en No quiero dormir sola.
Lisa Owen triunfó como Mejor coactuación femenina. Mejor maquillaje fue para Adam Zoller, por Halley. Mientras que Mejor cortometraje documental fue para Un salto de vida, Mejor corto ficción para Música para después de dormir y Mejor corto animación para Lluvia en los ojos.
La película ‘5 de Mayo, La Batalla’ se llevó el Ariel a Mejores efectos visuales. Ciudadano Buelna obtuvo Mejor diseño de arte y Mejor vestuario.
Mejor guión adaptado fue para Tercera llamada y Mejor película iberoamericana para Gloria.
Amat Escalante triunfó como Mejor director, por Heli.
Blanca Guerra, presidenta de la AMACC, participó en la ceremonia con un discurso de protesta en el que defendió la divulgación del cine mexicano en más salas y pidió apoyo para lo mismo.
«Reclamamos políticas para competir de tú a tú con las películas extranjeras», sostuvo la actriz mexicana.
Con fallas técnicas se llevó a cabo un homenaje a María Félix. Luego de que Eugenia León realizara su participación musical, se proyectaron en una pantalla gigante imágenes de La Doña, pero sin audio.
Posteriormente, el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, dirigió un discurso a la figura del primer actor. Ignacio López Tarso y Ernesto Gómez Cruz recibieron sus respectivos Arieles de Oro.
El cineasta Arturo Ripstein también fue reconocido con un Ariel de Oro, que le entregó Guerra.
«Agradezco sus aplausos y su abucheos, merecidos todos», sostuvo el autor.
Famosos y nominados llegaron poco a poco a la alfombra roja en el Palacio de Bellas Artes.
Por primera vez en la historia de la gala, hubo por la tarde un encuentro entre nominados y prensa en un hotel del Centro Histórico.
Por ello, se presume, la alfombra roja pasó a un segundo término y, aunque hubo excepciones, la mayoría de quienes acudieron se limitaron a posar para la foto.
Carmen Salinas fue de las primeras en llegar y no dejó de dar entrevistas aquí y allá.
«Le voy a entregar el Ariel de Oro a mi amigo Ernesto Gómez Cruz. Es un orgullo», dijo.
La mayoría de los asistentes optaron por trajes y vestidos en tonos oscuros.
El cineasta Roberto Fiesco, quien triunfó en el rubro de Mejor documental por Quebranto, decidió fumarse un cigarro en pleno encarpetado, y el director Sebastián Lelio y la actriz Paulina García, de la multigalardonada película Gloria, platicaron con los conductores de algunas televisoras.
El director Sebastián Hofmann (Halley) destacó al complementar su outfit con un bolso de piel café, mientras que el actor Armando Espitia (Heli) optó por un traje con estampados verde tipo camuflaje.
Público en general se detuvo en ambos lados de la entrada del lugar, sobre Avenida Juárez, para ver pasar a los famosos y sacarles alguna foto con sus teléfonos.
Arturo Ripstein, quien recibió el Ariel de Oro, pasó por la alfombra rápidamente, apenas posando para unas fotos, del brazo de Patricia Reyes Spíndola.
Al realizador de El Castillo de la Pureza no le importó tanto la elegancia tradicional de los Ariel, pues si bien vistió saco y camisa, desfiló con pantalones de mezclilla.