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VALLE DE BRAVO, Edomex., 31 de octubre de 2014.- El emblemático grupo de rock Aterciopelados inundó la Alameda Bicentenario, foro principal del XII Festival de las Almas, de un sentimiento de nostalgia por las canciones de antaño que les hicieron ganarse un lugar dentro de la música colombiana e internacional que, evidentemente, encantaron al público vallesano.
A tres días de finalizar el Festival de las Almas, la presentación de esta agrupación, liderada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, fue la más esperada por las nuevas generaciones que han aprendido sus canciones gracias a la influencia de sus padres; de esta forma, la noche transcurrió en un ambiente de alegría que permitió que escucharan a la banda ganadora de dos premios Grammy.
Antes de iniciar el concierto, en conferencia de prensa, dijeron estar felices de reunirse, recargar energía y estar de regreso en México gracias al Festival de las Almas; de igual forma, enfatizaron la belleza de este pueblo mágico y, sobre todo, el aprendizaje que desde comienzos de su carrera se llevaron de este país, el arraigo y el valor que da a sus tradiciones.
Con extraordinaria energía y ataviados con los clásicos trajes azules y peluche con estampado de tigre, la banda salió al escenario para interpretar “Ojalá” seguida de “Cuchilla”, “Estaca”, “Cosmos”, “Candela”, “Cosita”, “Semilla”, un popurrí que incluyó “Bara, Estuche y Álbum” y siete piezas más para dar paso a la conocida “Bolero” que el público coreó de pie y así se mantuvo para bailar “Luz Azul”.
Después de una agitada velada, el Instituto Mexiquense de Cultura entregó un merecido reconocimiento por su extraordinario regreso exclusivo para este festival, anunciando el final de este concierto; sin embargo, el público, aplaudió sin cesar y al ritmo de “otra, otra, otra”, la banda cantó “Florecita” y una explosión de luces iluminó a la banda que se despidió con total agradecimiento.
Fundada en 1990, bajo el nombre de Delia y los Aminoácidos, esta ingeniosa banda que sabe perfectamente combinar el rock con raíces del folclore colombiano, anunció que traían un obsequio para el público; entonces Andrea Echeverri explicó que con “full y mucho cariño” ella había hecho el molde de la leyenda “Almas aterciopeladas” que plasmaron con aerosol en unos platillos voladores que hicieron llegar a la gente desde el escenario.
Las más de 4 mil almas que se reunieron en este foro cultural, entregaron su corazón a los colombianos con una interminable secuencia de aplausos y de admiración por que han sido portavoces de la lucha contra el maltrato a la mujer y son conocidos como «Guardianes de Paz».