La Politica Mexiquense
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Apúrate, ¿tienes velas? Sí, pero no tengo cerillos…
Inician las posadas y con ellas también llega el ponche, las piñatas, la colación, la fruta, los cohetes, las luces, los cantos, el baile y las velitas. Estos elementos son para posadas tradicionales, en otras no tan ortodoxas prevalecen las libaciones, la electrónica, el reggaeton y las cumbias. Para medianamente darle gusto al esqueleto, seguir la fiesta y amanecer (no todos) como extraviado en el desierto.
Apuremos el paso para llegar a tiempo y darle duro a las piñatas, alumbramos la vereda con la lámpara del teléfono móvil para no caer en una zanja pues no contamos con velas. Lo cual me hace reflexionar sobre las ceras que se encienden para pedir posada y en otras tantas ocasiones a lo largo del año. Por ello, sigamos juntos este camino y que se haga la luz para saber un poco más sobre las velas de cera.
Los primeros registros que hay del uso de velas son del año 3,000 a.C., desarrolladas por los antiguos egipcios, sin embargo, los romanos las mejoraron utilizando un pabilo. La utilización de este nuevo invento fue para la iluminación casera o en lugares de culto, tanto romanos como egipcios las elaboraban de sebo (extracto sólido casi incoloro e insípido de grasa animal), de ganado ovino o vacuno, por lo mismo y ante situaciones de apremio, las velas también eran comestibles.
Estas primeras velas que se hacían con sebo, presentaban un humo negro poco atractivo con un fuerte olor a rancio por la grasa animal que contenían, poco después, este ingrediente fue sustituido por cera de abejas, elemento que eliminó parcialmente el fétido aroma pero que daba a la llama un mejor aspecto. Si por un momento llegó a pensar que todo estaba bajo control, se equivoca; pues la extracción de miel era un proceso costoso y al que sólo tenían acceso personas adineradas y el clero (sólo en esa época).
Con los adelantos de esos días, en 1831 el científico francés Chevreul desarrolló un proceso mediante el cual se sustituía el sebo para utilizar la estearina (grasa refinada), por ser un mejor combustible; obteniendo mayor durabilidad y un quemado más lento de las velas. Para 1850, como consecuencia de muchos estudios, se utilizó por vez primera la parafina (extraída del petróleo), logrando que la vela tuviera una mejor consistencia aun cuando la iluminación por electricidad ya daba sus primeros pasos.
En la actualidad, se encienden velas en ocasiones especiales como celebraciones de fin de año, en ceremonias religiosas, para crear un ambiente específico, como objeto decorativo o simplemente por gusto. Dando como resultado cierta espiritualidad, calidez e intimidad a ciertos momentos de la vida. Porque sin duda, un ambiente iluminado con velas está rodeado de un halo especial.
Las velas también se han utilizado para realizar rituales como la protección de la casa, del ser amado, para recordar a los difuntos, para atraer la prosperidad, abundancia y salud, entre otros. A la luz de las velas se han escrito poemas, cartas de amor, despedidas, se han planeado movimientos políticos, tratados científicos y filosóficos. Las hay de variadas formas, colores, tamaños y precios.
Al final de este camino lleno de luz e inspiración, sólo me resta desear que usted pase una feliz época navideña en compañía de sus seres queridos y que cada vez que encienda una vela no sea porque le cortaron la luz…