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El oncólogo de 50 años fue condenado a 45 años de prisión por someter a sus pacientes a tratamientos perjudiciales e innecesarios con el único motivo de ganar cada vez más dinero. Farid Fata se declaró culpable de las acusaciones de fraude, lavado de dinero y asociación ilícita.
El juez consideró que el desempeño profesional de este médico fue «horrendo» y condenó la estafa que el oncólogo perpetró contra al menos 500 pacientes. Según se consideró en el proceso, todos estos enfermos fueron sometidos a tratamientos innecesarios que destrozaron su salud.
Fata, que ya se había declarado culpable, no presentó argumentos antes de recibir su sentencia pero sí pidió clemencia al tribunal el pasado miércoles ante la avalancha de testimonios en su contra.
«Abusé de mi talento, sí, y permití que este pecado penetrara en mí por poder y avidez», expresó el acusado. «Mi ansia de poder es autodestructiva», agregó.
EL caso es que decenas de personas que comparecían ante un tribunal revelaron testimonios terroríficos: su oncólogo les había mentido, nunca tuvieron cáncer. Así, las víctimas del doctor Farid Fata sufren secuelas por culpa de su engaño y sus agresivos tratamientos.
Al menos 553 personas se sometieron a ese doble sufrimiento sin padecer la enfermedad, según consta en la querella criminal presentada por el FBI contra Fata. Durante la vista oral dedicada las víctimas, Fata se hallaba sentado a tres metros de ellas. Impertérrito, escuchaba de su propia voz el relato de sus padecimientos.
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