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MÉXICO, DF, 13 de noviembre de 2014.- En 1834 nace en Tixtla, Guerrero, Ignacio Manuel Altamirano Basilio, considerado el maestro de la segunda generación romántica. Escritor al que se considera padre de la literatura nacional.
Aprendió a leer y escribir hasta los 14 años, cuando aprendió a hablar el español. En 1849 obtiene una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca, donde imparte sus enseñanzas Ignacio Ramírez, el Nigromante, intelectual mulato y librepensador, futuro ministro con Porfirio Díaz, cuyo interés por la juventud indígena le convierte en mentor y amigo de Altamirano.
La influencia de su maestro prende rápidamente en el joven, que pronto va a dar pruebas del doble amor (por sus raíces indígenas y por una cultura que bebe en las ardientes fuentes del romanticismo europeo) que dirigirá y determinará las opciones más relevantes de su vida.
Funda, junto a su maestro Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto, El Correo de México, publicación que le sirve para exponer y defender su ideario romántico y liberal; dos años más tarde, en 1869, aparece gracias a sus desvelos la revista El Renacimiento.
Sus novelas Clemencia (1868), Julia (1870) y La Navidad en las montañas (1871) se consideran fundacionales para la narrativa mexicana. En ellas ponía de relieve los males que aquejaban al país: el militarismo, la deficiente enseñanza y las desigualdades sociales.
El Zarco, publicada en 1901, es su obra más importante; rica en matices expresivos, giros idiomáticos y descripciones del paisaje, la novela narra las aventuras de un bandido de ojos azules, líder de la banda «Los Plateados».