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MÉXICO, DF, 21 de noviembre de 2014.- Después de las 21:00 horas de este 20 de Noviembre se rompió el control y la violencia volvió a hacerse presente en el Zócalo del Distrito Federal, mientras que pasado el mediodía en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se registró un previo de lo que en la noche sería una jornada de furia.
La jornada de protestas y manifestaciones por la celebración del inicio de la Revolución Mexicana se vio empañada por los enfrentamientos entre manifestantes y policías, con un número interminable de detenidos y lesionados.
El primer frente fue en el cruce de Boulevard Puerto Aéreo, cuando un grupo de encapuchados bloqueó la vialidad, encaró a los efectivos de la policía capitalina. Hombres y mujeres con el rostro cubierto lanzaron palos, tubos y piedras, que habían recolectado en avenida Oceanía y en el camellón de la calle Iztaccíhuatl.
El enfrentamiento duró una hora y el repliegue de los embozados terminó en una bodega de comida para líneas aéreas, donde fueron acorralados y los elementos de seguridad aprovecharon para detener a 14 hombres, una mujer y un menor de edad.
Ya en el segundo frente, los encapuchados recuperaron fuerza y la violencia se salió de control, los golpes, la destrucción y las detenciones arbitrarias fueron las constantes. Los manifestantes derribaron las vallas de Palacio Nacional y las arrojaron a los elementos del Estado Mayor Presidencial.
Bombas molotov y piedras volvieron a caer en la puerta Mariana, hasta que granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, SSPDF, y de la Policía Federal actuaron contra los violentos.
Encapuchados, hombres y mujeres que ocultaban su rostro caminaban frente a Palacio Nacional y gritaban “pónganse vergas porque hay soldados”. Se referían al personal que resguarda habitualmente la sede del Poder Ejecutivo.
“Viva la anarquía”, gritaban, otros mientras se apiñaban frente a la franja construida de vallas que dividía el paso. “Putos, putos. Pinches perros”, les gritaban a los policías militares que estaban del otro lado de la franja.
También arremetieron contra los representantes de los medios de comunicación, a quienes llaman “Serviles del Estado”, y gritaron “Fuera Televisa”, pero empujaron a todo aquel que ven con una cámara al hombro.
Una mujer, también con el rostro cubierto, con un gesto amargo y resentido pregunta “¿Dónde están cuando nos asesinan?”, y otros gritan repetidamente “Fuera medios, fuera medios, fuera medios”.
Los llamados anarcos aumentaron su presencia, llegaban con palos, otros se alistaban y se amaraban las agujetas de sus tenis, listos para correr. Huelga decir que no escuchaban a quienes les pedían no continuar la violencia.
Pero la uniformidad que se observó en la marcha frente a Palacio se rompió y unos gritaron “no violencia, no violencia”, mientras los embozados decían “ya no tenemos miedo”.
Es el preámbulo de lo que se avecinaba. Los empujones para intentar tirar las vallas, el lanzamiento de petardos, papeles quemados, botellas contra los policías. La huida momentánea cuando uno de esos cohetones sonó más fuerte que otros. Después la llegada de granaderos capitalinos por la Avenida 20 de Noviembre, y la toma de la plancha del Zócalo por parte de los elementos policíacos.
Ingreso de la Policía Federal
Ante el ambiente cada vez más enardecido, los cientos de policías federales que aguardaban a un costado de Palacio Nacional, sobre la calle de Corregidora (y que a simple vista se encontraban desarmados; portaban escudos antimotines y extintores en mano) ingresaron de forma tumultuosa por el reducido acceso que había en una de las laterales del inmueble federal, a fin de resguardarlo, y probablemente evitar que una vez más fuera presa de alguna acción vandálica como la registrada hace unos días en la que un pequeño grupo de sujetos prendiera fuego a su puerta principal.
Llegada de los granaderos de la SSPDF
Fue exactamente a las 21:15 horas, cuando un estimado de mil elementos de la SSPDF, ingresó al primer cuadro de la ciudad, por Avenida Pino Suárez, a fin de auxiliar a los cientos de elementos de la Policía Federal quienes no alcanzaban a dispersar a los miles de manifestantes enardecidos por los enfrentamientos registrados en diversas partes de la plancha del Zócalo capitalino.
Sin embargo, y contrario a lo que se esperaría, el grueso destacamento de elementos policíacos capitalinos no fue suficiente para apoyar a la de por sí rebasada Policía Federal, por lo que unos 20 minutos más tarde, arribó por la misma Avenida Pino Suárez, un nuevo contingente de agentes policíacos, sólo que éste no rebasó los 500 uniformados.
Reporteros agredidos
En los disturbios registrados la noche de este jueves, fueron varios los reporteros, fotógrafos y camarógrafos de distintos medios de comunicación los que fueron agredidos durante los enfrentamientos.
Entre ellos se destaca las agresiones contra el joven camarógrafo de Canal Once, Luis Salas, quien sufrió una herida en el rostro, todo parece indicar producto de un botellazo.
Asimismo se sabe que el reportero de Milenio Televisión, José Antonio Belmont, recibió una serie de agresiones por parte de los policías, pese a acreditarse: “soy prensa, soy prensa”, y finalmente fue soltado por los uniformados.
Por otra parte, la reportera Johali Reséndiz de Excelsior TV recibió un puñetazo en la boca por parte de un manifestante quien llevaba el rostro totalmente cubierto.
Ya no pueden
Durante el mitin realizado por los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, la demanda recurrente fue la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto, en este contexto, la madre de Brayan afirmó que es evidente que no han podido resolver el caso, por lo que pidió la renuncia del Ejecutivo y su gabinete.
«Estamos pidiendo que si no pueden con esto porque está bien visto, queremos que se vaya con todo su gabinete a chingar a su madre, porque vivos se los llevaron y vivos los queremos», acotó la mujer.
Además los padres expresaron que para ellos, ni sus hijos, ni compañeros están desaparecidos, ya que el gobierno sabe dónde están y se los tiene que entregar.
«Aunque tengan miles de detenidos no nos interesa, nosotros lo que queremos es a nuestros hijos y no vamos a permitir que sigan desapareciendo personas en todo el país», advirtió la mamá de uno de los alumnos de quienes no se sabe su paradero.
Finalmente uno de los padres expresó que ha llegado el momento de ajustar cuentas, porque esto que hicieron con Guerrero y Ayotzinapa va a ser la caída de «este Gobierno maldito que está matando a nuestros hijos», subrayó.
Policías me pegaron y me robaron: manifestante
En el marco del zafarrancho que se vivió esta noche en la Plaza de la Constitución con la entrada de granaderos para desalojar a manifestantes violentos que por casi dos horas lanzaron petardos y explosivos contra las puertas de Palacio Nacional, un joven manifestante resultó herido, sin embargo no fueron los cohetones o los objetos lanzados los que lo hirieron sino los propios policías.
José Reyes Carrera, proveniente de Chihuahua acudió a la gran #AcciónGlobalPorAyotzinapa como miles de mexicanos que llenaron las calles de la ciudad de México, sin embargo en medio del enfrentamiento fue confundido con un agresor y golpeado.
«Me tiraron al suelo y me golpeaban con el casco en la cara, se agachaban para golpearme cuando estaba en la esquina de Palacio Nacional», señaló el herido y aseguró que fue despojado de su teléfono móvil por uno de los policías.
Al percatarse de la agresión tres visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Distrito Federal lo auxiliaron, solicitando ayuda médica inmediata a la Cruz Roja.
El apoyo no termina
Antes de que arribaran los contingentes de las tres caravanas a la plancha del Zócalo capitalino hicieron su entrada grupos de diversos sindicatos, quienes en el templete expresaron su solidaridad con los familiares de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, y advirtieron que “no vamos a aceptar otra cosa que la devolución con vida de los estudiantes y castigo a los culpables”.
Luego, representantes de diversas organizaciones sociales y ciudadanos en general denunciaron casos de impunidad e injusticia en un país “que se cae a pedazos”.
Durante el mitin se alertó que había francotiradores en la azotea de Palacio Nacional. Eso incendió los ánimos. Asistentes a la manifestación gritaban “¡Asesinos!” y apuntaron con láser verde hacia donde estaban los presuntos francotiradores, quienes se encontraban apostados atrás de las columnas del techo en las que no había luces encendidas (en el centro).