Balazos en el pie
Este artículo surgió de una experiencia personal y a partir de una profunda reflexión que nos comparte Luis Valdez, Filósofo, Teólogo y Maestro en Desarrollo Humano en la que dice: “Existen dos realidades inseparables como lo son la muerte y la vida, así como la salud y la enfermedad.
Todos los seres humanos en alguna ocasión enfrentamos alguna enfermedad, pero no siempre estamos preparados para ello”.
Y es verdad, ¿cuántas veces nos hemos detenido a pensar en lo que haríamos si de la noche a la mañana a causa de una enfermedad el rumbo de nuestros sueños tuviera que cambiar?
En diferentes momentos de la vida a muchas personas nos ha parecido que nuestros sueños tienen que ser postergados o redirigidos o a veces simplemente consideramos que debemos olvidarnos de ellos porque las cosas no han salido como esperábamos. A la par, aparecen reacciones distintas como son enojo, frustración, tristeza, resignación, todo depende de las circunstancias personales en las que se vivan estos cambios.
Pero imaginemos por un momento que a causa de una enfermedad ya no contamos con el perfil que exige el cargo que hasta ayer teníamos, que nuestras habilidades se han reducido a un 50%. Esto les ha ocurrido a muchas personas, algunas de ellas han tenido que reajustar su nueva condición a las oportunidades que el entorno les ofrece, otras más, desgraciadamente requieren de un apoyo de por vida.
Cuando esto sucede, el apoyo que brinde la familia es fundamental, pero también requiere de la disposición y ganas de vivir que presente el enfermo.
El apoyo profesional integral, revisar las habilidades y potencialidades que aún se tienen y encausarlas hacia cosas productivas puede ayudar mucho, sobre todo a la recuperación emocional del enfermo.
Me despido con esta frase que me encantó: “La enfermedad puede ser la oportunidad de buscar otros sueños desde una nueva realidad”
Regálame tus comentarios a: Facebook: Cony Morelos Psicóloga, twitter: @eldivandecony o al email: [email protected]